España, el tercer país con más pobreza laboral de Europa
* El 12,3% de las personas con un empleo están por debajo el umbral de la pobreza, una cifra que solo superan Rumanía y Grecia.
* La exclusión casi se triplica en el caso de los autónomos: llega al 35,3%
Ana Requena Aguilar⎮El Diario⎮20/10/2014
Ana Requena Aguilar⎮El Diario⎮20/10/2014
España lidera dos de los
ranking más preocupantes de Europa, uno bien conocido -el de paro- y
otro cuya importancia ha ganado peso en los últimos años, el de pobreza
laboral. Los últimos datos disponibles sitúan a nuestro país como el
tercero con más trabajadores pobres (un 12,3% de las personas con empleo
lo son), solo superado por Rumanía (un 19,5%) y Grecia (un 15,1%),
según recoge el último informe de la Fundación Primero de Mayo,
vinculada al sindicato CCOO. Por el contrario, Finlandia, República
Checa, Países Bajos y Bégica apenas alcanzan un 5% de pobreza laboral.
Más allá del dato general,
el informe señala varias circunstancias que agravan la exclusión social
de las personas con empleo. El autoempleo es, por ejemplo, un factor que
aumenta la vulnerabilidad: el riesgo de pobreza entre autónomos es
mayor que entre asalariados. Si la tasa de pobreza entre las personas
ocupadas es del 12,3%, entre los trabajadores por cuenta propia llega al
35,5%. Solo Rumanía, con un 54%, supera a España en número de autónomos
pobres.
La temporalidad y los
contratos a tiempo parcial son otros dos factores que condicionan la
pobreza laboral. El 16,2% de las personas con contrato temporal están
bajo el umbral de la exclusión, una cifra que se reduce al 5,4% en el
caso de las que están contratadas de forma indefinida. “Es una tendencia
similar, aunque más acusada, de lo sucedido en el conjunto de Europa,
donde las personas con contrato temporal registran una tasa de pobreza
del 14% y aquellas que tienen un contrato indefinido muestran una tasa
del 5,5%”, dice el informe.
Tal es la tendencia, que las
previsiones para el año 2013 subrayan que la pobreza entre los
trabajadores fijos se reducirá “ligeramente” mientras que aumentará
entre los temporales. En el caso de los contratos parciales, el riesgo
de pobreza llega al 19%, una cifra nueve puntos mayor que para las
personas que trabajan a tiempo completo.
Bajos salarios
“Las diversas estadísticas
que registran la estructura de los salarios en España muestran que
existe un proceso de empobrecimiento de la población asalariada en
España, vinculado al aumento de los bajos salarios”, afirma también el
documento. Ha aumentado, por ejemplo, el porcentaje de población que
cobra el salario mínimo (645 euros al mes), según el INE: si en 2010 era
el 10,3% de la población asalariada, dos años después representaba ya
el 12,3%.
Otras estadísticas muestran
datos aún más elevados. Es el caso de la estadística de la Agencia
Tributaria, que señala que el 33% de las personas asalariadas en España
(5,6 millones de personas) cobra un sueldo igual o inferior al salario
mínimo. En cualquier caso, el informe de la Fundación subraya que en los
últimos años ha crecido el número de trabajadores que tiene salarios
más bajos, mientras que aquellos con sueldos más altos “son menos y sus
salarios crecen mucho más que el resto”.
A más formación, menos pobreza
La formación es otra de las
claves que inciden en la probabilidad de que un trabajador caiga en la
pobreza. Las personas ocupadas que no superaron la primera etapa de la
educación secundaria tienen cinco veces más probabilidades que las que
alcanzaron los estudios universitarios. “Si se relaciona la elevada tasa
de abandono escolar con la mayor incidencia de la pobreza en las
personas con menor formación se puede señalar que la peor situación de
España en la comparación internacional está lejos de solucionarse y que
perdurará en el tiempo”, apunta el informe.
La existencia de personas
dependientes en el hogar condiciona también la pobreza laboral. Los
ocupados que viven en hogares donde hay menores dependientes tienen una
tasa de pobreza que duplica a la de aquellos que están en hogares donde
no existe esta circunstancia.
Por otro lado, las familias
donde una mujer trabaja de forma remunerada presentan menos tasas de
pobreza. De hecho, el informe resalta que aunque las mujeres están más
afectadas por la parcialidad, la temporalidad o los bajos salarios,
tienden a presentar menores tasas de riesgo de pobreza que los hombres
en su misma situación.
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