lunes, 27 de octubre de 2014

Los abusos de las eléctricas: Las eléctricas se embolsan 8.000 millones por el exceso de potencia contratada en casas y empresas .

Las eléctricas se embolsan 8.000 millones por el exceso de potencia contratada en casas y empresas


La mayoría de hogares y empresas tiene una potencia eléctrica contratada superior a la necesaria para su perfil de consumo, lo que supone un sobrecoste conjunto de 8.080 millones de euros que acaba en la caja de las eléctricas. Bajarse un tramo la potencia en casa supone un ahorro de entre 61,5 y 156 euros al año.
Está escondida en el recibo. Pocos consumidores prestan atención a la potencia eléctrica que tienen contratada en casa o en su empresa, pero es la parte fija del precio de la luz que más ha subido desde 2013.
El Ministerio de Industria y Energía decidió el pasado año aprobar una subida media del 70% en el término de potencia, la parte fija del recibo que supone más del 40% del volumen total de gasto bimensual. La otra parte mollar, que pesa otro 40%, se fija a través del nuevo sistema de cotización diaria del precio de la luz, que  no ha parado de subir desde el tercer trimestre (+11).
Con el subidón aplicado desde 2013 por el Departamento que dirige José Manuel Soria, la parte más penalizada del recibo es el término de potencia. Hasta tal punto de que, según un estudio de la Asociación Nacional de Ahorro y Eficiencia Energética (Anae), los españoles pagamos 8.080 millones de euros al año por una potencia contratada que no usamos. Este exceso de potencia contratada, tras los impuestos aplicados, se dispara a 10.277 millones de euros anuales, según este informe que arroja un desequilibrio que pocos consumidores conocen.
Clientes domésticos, empresas e industrias tienen contratados, en conjunto, 175 gigawatios/hora (GW/h), pero durante lo que llevamos de este año sólo se han demandado 39 GW/h, según los datos de Red Eléctrica. Es decir, que hay 136 GW/h que están contratados y se pagan a las compañías eléctricas, pero que ni se necesitan ni se usan, según Anae.
De lo que se paga de más en el recibo por la potencia contratada, 8.000 millones van para las compañías y 2.200 millones para Hacienda
Esa sobrefacturación de potencia no usada supone ingresos adicionales de más de 8.000 millones para las compañías eléctricas y de casi 2.200 millones de euros para el Ministerio de Hacienda.
Lo que pone de manifiesto este informe es que hay millones de viviendas (también empresas, pero en menor medida) que mantienen unos niveles de potencia que en nada necesitan para su consumo diario. Se dan cientos de miles de casos de hogares que cuentan con 4,6 o 5,75 kilovatios de potencia sin tener siquiera vitrocerámica, horno o bomba de frío y calor (en muchos casos la calefacción es de gas y se paga en otro recibo). Y segundas residencias que sólo se usan en vacaciones y que soportan en el recibo todo el año altas potencias contratadas que no usan.
Según Anae, un consumidor doméstico puede rebajar su factura  en 61,5 euros al año, impuestos incluidos, si recorta en un tramo o en 1,15 kilovatios la potencia contratada, pero enfrente encontrará, según denuncia esta asociación, a las compañías eléctricas, cuyo “total incumplimiento” del deber de recomendar la mejor potencia obvian este tipo de consejos. Es más, los penalizan, dado que cada cambio de potencia tiene un coste que llega en el recibo de los meses siguientes.
No tiene sentido, denuncia Anae, que en España los hogares y empresas tengan contratada una potencia conjunta de 175 GW/h pero sólo utilicen 30 GW/h
Otros informes elevan este ahorro a 156 anuales. Anae alerta de que sólo la potencia contratada por los hogares (empresas excluidas) es superior a toda la generación instalada en España: 110 GW/h frente a 108 GW/h, si bien este “sorprendente” desequilibrio se da en estos tiempos de dura crisis económica y fuerte caída de demanda eléctrica nacional.
El caso es que se baje o no la potencia contratada, las subidas de la parte fija del recibo han impactado un 92% en los hogares y en torno al 145% en los profesionales, una medida que ha sido duramente criticada por penalizar a los consumidores más vulnerables económicamente, que por poco que consuman tiene que afrontar cada dos meses el coste fijo del recibo.
Además, elevar del término fijo desincentiva el tan cacareado por el Gobierno ahorro y eficiencia energéticos, eso que ahora engloban en el bonancible término de sostenibilidad y que pocos expertos (independientes hablamos) entienden.
Por mucho que una familia ahorre por la vía del menor consumo, la penalización viene por la parte fija del recibo, la que más ha subido por orden gubernativa y la que sigilosamente grava la factura con el sobrecoste de la potencia contratada.
De ahí que hayan surgido iniciativas y plataformas sociales y organizativas para fomentar la bajada de la potencia en las viviendas para evitar sobrepagos a las eléctricas y el desenchufe eléctrico de miles de segundas residencias.
vozpópuli

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