Cuba, Venezuela y otros miedos Podemos
Escrito por
Redacción
Sobre la táctica pragmática y otras cosas del comer.
Es difícil que a una persona de izquierdas le parezca mal el discurso
que una y otra vez repiten los Pablo Iglesias o Monederos en nombre de
Podemos; a lo sumo, destilan alguna que otra y significativa ausencia,
pero lo que también es cierto es su miedo (¿o habrá asumido el discurso
socialdemócrata en este terreno?) a pronunciarse con claridad por la
salida del euro y de esta Unión Europea hecha a imagen y semejanza de
los mercaderes capitalistas, por no mencionar su referencia constante a
un economista paradigma del capitalismo “con rostro humano” como Keynes
que, por lo visto, debió aconsejar que la deuda es revisable pero
necesaria pagarla para no enfadar a los mercados con los que,
inevitablemente, hay que convivir. Otro punto alarmante que chirría a
los militantes de izquierdas que no están dispuestos a tragar por el
embudo del pragmatismo, es ese razonamiento anclado en lo ambiguo que
invita a olvidar valores en aras de votos. Nos referimos al pudor que le
impide defender la revolución bolivariana y cubana ante las reiteradas
preguntas que le hacen sobre ello, y que ha tenido su cénit en la
negativa a ser entrevistado por Jordi Évole en Caracas para no mancharse
de bolivarianismo.
Los periodistas del régimen, más allá de los circos para obtener
audiencias, intentan vincular una y otra vez a Podemos con las
“dictaduras” venezolana y cubana; y la dirección de Podemos escurre el
bulto en exceso. Habla de sus referentes finlandeses, ecuatorianos,
incluso franceses (esta música nos suena), para no batirse en defensa de
ambas revoluciones, como cabría esperar de alguien que dice cuestionar
las estructuras del sistema y que quiere los votos (y la movilización)
también de la izquierda. Sus líderes apenas mencionan, y lo hacen
velozmente, que Maduro ganó las elecciones y no es un dictador pero sin
profundizar, que las miserias de depender de los votos para cambiar las
cosas, al parecer, es alta.
Es de suponer que la gran mayoría de sus votantes no se
escandalizarían que respondiera con vehemencia, por ejemplo, que el
fascismo, apoyado por gobiernos como el español –véase la acogida que ha
tenido la mujer del terrorista Leopoldo López-, está arremetiendo
contra el gobierno legítimo de Venezuela y que es el causante de decenas
de muertes en las calles, y que es necesario solidarizarse totalmente
con el ejecutivo de Nicolás Maduro y su camino hacia el socialismo,
denunciando la estrategia de EE.UU y la extrema derecha de reventar la
economía venezolana; y ni hablar de defender como propios las
aportaciones de la revolución cubana a la realidad latinoamericana en
campos como la salud, la educación y los derechos humanos.
Estamos seguros que más temprano que tarde Podemos alzará la voz para
defender a estos dos gobiernos de izquierdas sin complejos, porque los
Profesores universitarios de sobra saben que el pragmatismo y el miedo a
perder votos si se hace o se dice esto o aquello, convirtió a no pocas
organizaciones en caricaturas al servicio de la casta. ¿O no?
Jorge López Ave
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