Entrevista a Alexis Tsipras, presidente de Syriza: “Vamos hacia una gran mayoría popular”
Señor presidente, para empezar un
comentario sobre la deuda, que se ha disparado hasta el 174% del PIB, de
acuerdo con los últimos datos de Eurostat…
Es ya claro para cualquiera que quiera ver la
verdad que con la supuesta política de hacer frente a la deuda ésta ha
adquirido dimensiones monstruosas. Y eso al mismo tiempo que la economía
ha quedado hecha pedazos, la sociedad se deshace y el país se hunde
cada vez más profundamente en el descrédito y en la crisis.
Finalmente, el objetivo no era la disminución
de la deuda, sino la imposición de una catastrófica política de
devaluación interior y de reestructuraciones neoliberales. La deuda ha
funcionado simplemente como excusa.
Si queremos, en consecuencia, afrontar el
problema real de la deuda, en primer lugar deberemos acabar con la
política actual que la agiganta. Y muy especialmente con un gobierno que
apela a ella constantemente para imponer nuevas medidas calamitosas y
catastróficas.
¿Por qué se niega usted a participar en
una negociación nacional de la deuda? En el sentido de que en el futuro
próximo es probable que su gobierno, un gobierno con SYRIZA como núcleo,
sea impelido a gestionar un acuerdo alcanzado en su ausencia.
En primer lugar, este gobierno es el gobierno
de los partidos derrotados en las elecciones europeas y por lo tanto
políticamente deslegitimado para comprometer al país en un acuerdo a
muchos años vista. En segundo, aquellos que sin oponer resistencia
alguna han conducido a Grecia a la actual tragedia no tienen ni la
voluntad, ni el prestigio, ni la disposición para negociar nada. De lo
contrario, lo habrían hecho con los memoranda, las exigencias, los
préstamos a medio plazo, el criminal PSI [1],
que nos han llevado a la situación actual. Es decir, no buscan consenso
para gestionar la deuda, que en un contexto de memorándum no es viable;
buscan el consenso para los memoranda que ellos mismos han garantizado y
firmado. Consenso para el régimen del memorándum. A eso nosotros no le
ponemos la firma. El único camino democrático y nacional es que se
marche el gobierno de coalición y que negocie la deuda un gobierno con
un mandato popular nuevo, claro y fuerte. Que será un gobierno de
SYRIZA.
Después del referéndum que usted solicitó sobre “la pequeña DEH [2]”
y la iniciativa que tomó en el asunto de las costas, ha aumentado la
presión sobre el gobierno y da la impresión de estar conformando un
frente antigubernamental más amplio que supere los límites de la
izquierda. ¿Cree que esta presión que se está ejerciendo basta para
conducir al país a elecciones anticipadas, como pedía usted
insistentemente tras las elecciones europeas?
Es de una enorme importancia que la propia
sociedad comprenda que sin resistencia no va a conseguir nada, sino que
aún perderá mucho más. Las limpiadoras están dando una batalla que es
una lección para todos. En una Grecia que cuenta en este momento con
casi dos millones de desempleados, cuatro millones atrapados en la
pobreza y el conjunto de los trabajadores en un régimen de esclavitud,
éste es el camino que nosotros proponemos y escogemos. El camino de la
lucha.
Y es seguro que el gobierno se verá obligado a
recurrir a las urnas cuando esté claro que ya no puede pasar su
política, por más que disponga de una mayoría formal en el Parlamento. A
través de un proceso de unidad y lucha, las elecciones serán el punto
de inflexión para que el país tome un nuevo rumbo.
¿Considera que el primer ministro, a
iniciativa propia, por sus propias razones y acorralado, recurrirá a
elecciones anticipadas?
Desde abajo ya no quieren. Lo han demostrado
las elecciones europeas. Ahora han entendido que desde arriba tampoco
pueden. Y la única salida son las elecciones, por más que no les gusten
al señor Samarás, al señor Venizelos, a la troika y a la señora Merkel.
Señor presidente, la noche de las
elecciones europeas, después del resultado victorioso de SYRIZA, usted
declaró que con el porcentaje conseguido tendría 131 diputados. Con
130-132 diputados, lo que es seguro es que no puede formar gobierno, así
que la pregunta es evidente: ¿cómo va a formar gobierno?
En las elecciones generales el pueblo deberá
responder a cuestiones clave: ¿qué política puede sacar al país de la
actual ciénaga de miseria? ¿Qué gobierno puede negociar con fuerza y
empeño el asunto de la deuda? ¿Qué partido puede en este momento
garantizar estabilidad política y normalidad democrática? La respuesta a
estas cuestiones, sobre la base de la amarga experiencia de la “success
story” de los señores Samarás y Venizelos, es tan lógica que no cabe
duda alguna: SYRIZA junto con sus aliados conseguirá una mayoría clara
que le permitirá aplicar, con el apoyo de los movimientos democráticos y
de la sociedad, el programa de salvación nacional.
Que lo tengan claro los valedores extranjeros
y sus validos de aquí: al gobierno de coalición y a los memoranda les
quedan días. Éste es el último verano con calima que vive el país. Las
cosas van a cambiar y van a cambiar muy rápido.
Lo cual significa que el objetivo de
SYRIZA para las próximas elecciones parece ser una única vía. Van
ustedes a por la mayoría absoluta.
“Mayoría absoluta” es un término
desacreditado en las últimas décadas por los partidos que han gobernado y
que aún hoy gobiernan el país. Vamos a por una gran mayoría
parlamentaria: beligerante, digna y popular. Pero no encerrados en
nuestras certezas y con la arrogancia de la inminente victoria. Queremos
conseguir una mayoría absoluta, sí, pero con nuestra mano tendida a la
unidad y no levantada para la pelea. Por esta razón conformaremos listas
electorales que nos lleven a la mayoría absoluta.
El potente y amplísimo frente de fuerzas
sociales y políticas que se decidió en la última reunión del Comité
Central de nuestro partido es imprescindible, pues nosotros no
ambicionamos una simple alternancia en el poder, sino un gran y radical
cambio democrático, institucional, económico y social. Y semejante obra
requiere, por decirlo así, de muchas manos. Desde un punto de vista
histórico, si quiere, nos inspira el ejemplo del EAM [3], y no las mayorías absolutas quebradas del PASOK, de ND y del consenso neoliberal, que han llevado a Grecia al desastre.
No obstante, SYRIZA en este paisaje
político da la impresión de ser “hermano único”. El KKE les rechaza con
obstinación, ANTARSYA está fuera del Parlamento, DIMAR tiene problemas
internos y parece que no va a entrar en el Parlamento. ¿Con quiénes van a
colaborar?
Esto que usted llama “paisaje político” iba
cambiando tras cada contienda electoral estos últimos años. El PASOK se
ha ido a pique, ND tiende a acabar convertido en un pequeño partido de
extrema derecha, aparecen nuevas formaciones… Así que no nos
apresuremos. El día siguiente de las elecciones habrá surgido un nuevo
paisaje político. Y entonces todos serán llamados a asumir sus
responsabilidades. Las fuerzas de la izquierda, sobre todo. Pero también
fuerzas del ámbito socialista que en este complejo proceso de
confrontación social se desmarcan de las políticas de corrupción
y aniquilamiento. Incluso también personalidades o fuerzas del ámbito
conservador que son conscientes de que en este momento la izquierda
supone la única solución democrática y nacional.
Todo dependerá de las correlaciones de
fuerzas que surjan y de nuestra propia voluntad de aprovechar el poder
político como vehículo de cambio y no de egoísmo de partido o personal.
Por tanto, esté seguro de que el pueblo elegirá una solución estable y
clara que garantice una marcha estable hacia el cambio. No soluciones
que eternicen el problema y la inestabilidad.
¿Incluye también a los Griegos
Independientes y a Panos Kamenos, pero también a personales de la
derecha popular, en el frente democrático, antimemorándum?
Nosotros no incluimos a nadie en ningún
frente. Cada uno tiene su política y determina su posición. El pueblo
con su voto dejará clara su voluntad cuando llegue el momento acerca de
todas las cuestiones que tienen relación tanto con la gobernación del
país, como con las alianzas.
Hoy lo que puedo y quiero recalcar es: en
primer lugar, que perseguimos la mayor y más fuerte mayoría en la
sociedad y en el Parlamento. Y, segundo, perseguimos y perseguiremos, el
día después de las elecciones, la mayor y más fuerte coalición de lucha
y victoria.
En su carta dirigida a Fotis Kuvelis usted
aclara que no le interesa el diálogo con el centroizquierda. ¿Considera
entonces que en este ámbito no hay personas ni formaciones con las que
poder colaborar?
No nos engañemos ni engañemos. El ámbito
político que desafortunadamente emplea el término “centroizquierda” para
sí mismo es uno de los autores materiales de la tragedia. Está imbuido
de conceptos neoliberales consolidados, se ha incorporado a la
estrategia de los memoranda y exactamente desde este ámbito –desde el
PASOK- comenzó la catastrófica política actual. Nos ocupa, por tanto,
sólo como rival, pues le imputamos –como también toda la sociedad
griega- gravísimas responsabilidades por la manera en la que manejó la
confianza del pueblo.
¿Con el PASOK, sin el señor Venizelos de líder, conversaría?
El PASOK que participa en la imposición del
orden de los memorandos, que apoya a un gobierno de extrema derecha, que
se somete a los deseos de los prestamistas, que sirve a la política de
la pobreza, del paro y de la desesperación está y estará siempre frente a
nosotros. Un partido así tendrá como líder al señor Venizelos o a
cualquier otro.
Señor presidente, se está hablando de
escenarios según los cuales el gobierno tiene el objetivo de agotar la
legislatura. El primer ministro repitió anteayer su certeza de que ha
encontrado los 180 diputados y de que de este Parlamento surgirá el
próximo Presidente de la Democracia. ¿Qué responde usted?
Si dices que puedes, demuéstralo. Si está tan
seguro de que los tiene, que no espere a febrero. Pero cuando te niegas
a abrir el Parlamento a petición de 139 parlamentarios por el tema de
la DEH, sin vacilar en violar la constitución, solamente porque temes
perder tu mayoría, es un chiste apelar a que tienes asegurados 180 para
la votación presidencial.
No obstante, se dice que el candidato de
la formación de gobierno puede ser alguien con recorrido en la
izquierda. ¿En tal caso SYRIZA no quedará en una posición difícil?
He dicho ya más veces que no creo que haya ninguna persona seria que se preste a hacer de Tsirimocos
[4]. Además, en caso de que no se convoquen elecciones generales, algo
que es muy probable, en la elección presidencial no se estará juzgando
la persona del candidato. Se estará juzgando si el gobierno de coalición
puede y debe continuar la política del desastre; si el Parlamento le
permite agotar su último recurso, le permite privar a Grecia de su
último aliento. Y cada diputado será llamado a decidir no sobre la base
de una persona, sino sobre la base de los millones de personas que
exigen liberarse de los memoranda, que exigen un cambio de política,
justicia social y dignidad nacional.
¿Está satisfecho de la relación de SYRIZA
con la sociedad? Porque, a pesar del hecho de que su partido es el más
fuerte, no parece que esta dinámica electoral se corresponda con su
influencia en la sociedad. Voy a plantearlo de manera diferente: cuando
sus debates internos están en plena ebullición, SYRIZA da muestras hacia
fuera de no haber comprendido que ya no es un partido del 4%.
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Cualquiera puede decir y de hecho se dicen
muchas cosas respecto al complejo problema que usted está abordando. Me
limitaré a decir que sin una sociedad digna y combativa ninguna fuerza
política puede “desde arriba” solucionar los grandes problemas y
responder a los grandes desafíos. En consecuencia, cada movimiento
nuestro, dentro y fuera de SYRIZA, debe tener exactamente el objetivo de
la movilización de los trabajadores, de las capas sociales golpeadas
por la política actual. Sin embargo, no estoy de acuerdo con que
nuestros debates correspondan a un partido del 4%. Nuestros debates
corresponden a la problemática de un partido que se encuentra a las
puertas de lograr el poder. Si los otros partidos que han gobernado
hasta el día de hoy Grecia solucionaban este problema con el vademécum
de la autoridad personal, o con el toque de queda interno, lo hacían
porque sencillamente venían a manejar el poder y a repartirse el botín.
Nosotros nos tomamos muy en serio el mandato popular y nuestra
responsabilidad histórica. Y esto exige que lo debatamos todo, por más
que en ocasiones podamos exagerar. Mejor la exageración de la democracia
que la promoción de la autoridad de uno solo.
Por último, ¿tal vez exagera usted con “la cultura del diálogo” en la izquierda?
Creo que ya le he respondido. Pero déjeme que
añada que la imagen que a menudo dan nuestros rivales políticos,
quienes explotan la cultura del diálogo de la izquierda y nuestras
exageraciones, a fin de demostrar que SYRIZA no está preparado para
gobernar, es una deformación más de la realidad. SYRIZA tiene no sólo el
programa, sino también los dirigentes, la experiencia de lucha y la
contribución de destacados científicos y tecnócratas progresistas, como
para poder asumir mañana los destinos del país con responsabilidad,
seriedad y eficacia.
Puedo desde ya decirle que quedará
agradablemente sorprendido de la amplitud y la calidad del gobierno de
SYRIZA. Pero es que además tenemos el arma que nos entregaron
generaciones y generaciones de luchadores de la izquierda: las ideas, la
moral y la voluntad de cambiar la sociedad en compañía de la propia
sociedad. Y esto es lo que vamos a hacer, que todo el mundo esté seguro
de ello.
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