¿Por qué EE.UU. regresa para bombardear a sus engendros en Irak?
Cuando muchos creyeron que las tropas estadounidenses se retiraban definitivamente de Irak en 2011, la pesadilla vuelve para pretender quedarse. Pocos imaginaron que EE.UU. encontraría otra oportunidad para regresar por un segundo estreno de su película. Raras veces los malos films tienen la oportunidad de presentarse de nuevo para una segunda parte. La cruel y dolorosa historia de la hipócrita “intervención humanitaria” y los “daños colaterales” se repite en aquellas tierras.
Los bombardeos
“humanitarios” del “pacifista” y “defensor” de los derechos humanos, el
Premio Nobel de la "Paz" y presidente estadounidense, Barack Obama, ya
han causado sus primeras bajas civiles inocentes. ¡Perdón! quise decir
“daños colaterales”. También el Nobel autorizó bombardear la Represa de
Mosul [1], puesto que se trata de una infraestructura terrorista. Los
astutos estrategas militares estadounidenses determinaron que
destruyendo la Represa los terroristas carecerán de agua y electricidad,
aunque colateralmente se afecte a toda la población iraquí. Un pequeño
sacrificio colectivo.
Los medios occidentales nos dicen, cual
comparsa al unísono, que la administración Obama ha regresado a Irak
solo a petición del gobierno iraquí para "proteger" a la población
civil, especialmente a las comunidades religiosas cristianas y yazidíes
que son perseguidas por las hordas yihadistas del autodenominado Emirato
Islámico (EI), quienes en tiempo record han conquistado gran parte de
los territorios ricos de yacimientos petroleros que se ubican al norte
del Estado iraquí. Pero lo que no nos cuentan esos mismos medios es
¿Cómo los terroristas del EI han podido avanzar y conquistar tan
fácilmente el norte de Irak? ¿Quiénes suministraron las armas que
utilizan contra el ejército y el pueblo iraquí? ¿Quiénes han brindado
apoyo a esos demonios?
Es imposible ocultar tanta evidencia
sobre el origen y el papel que han cumplido los diferentes grupos
yihadistas (fundamentalmente Al-Qaeda) en el Medio Oriente y el Norte de
África. Muchos en el mundo saben que han sido EE.UU. y sus aliados,
principalmente Israel, los verdaderos responsables de la anarquía y la
crisis humanitaria que desde hace 23 años padece no solo el pueblo
iraquí (la primera Guerra del Golfo en 1991 y la posterior invasión
estadounidense en 2003 hasta el día de hoy), sino también otros pueblos
de la región.
El plan concebido por los estrategas del Pentágono
para mantener la hegemonía de EE.UU. sobre toda esa rica región se
resume en la histórica máxima “divide y vencerás”. Los estrategas
imperiales y sionistas se han planteado dividir, aún más, al mundo
árabe, esta vez en pequeños califatos o reinos, un nuevo Sykes-Picot [2],
de acuerdo a las tendencias religiosas de cada comunidad árabe de la
región, especialmente en las zonas donde se concentran los mayores
campos petroleros, donde se incluyen los campos del Norte y Sur de Irak;
los reservorios del Noreste de Siria. En efecto, bajo la anterior
administración de George W. Bush esos viejos planes de rediseño de las
fronteras de la región tomaron el nombre de “Nuevo Gran Medio Oriente” [3].
Las
conexiones de la CIA estadounidense y el MOSSAD israelí con los
diferentes grupos terroristas-yihadistas han sido ampliamente divulgadas
en los medios alternativos. Y no ha sido solo el ex agente de la CIA,
Edward Snowden, el único en reconocer esta verdad. Incluso, hasta la
propia ex secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton, terminó por
admitir lo ya es sabido por muchos en el mundo. En su más reciente
entrevista, la que muchos interpretaron como de pre campaña electoral, a
Hillary se le escapó un comentario que molestó a su ex jefe Obama,
dijo: “financiamos mal a rebeldes sirios y surgió el Estado Islámico” [4]. En pocas palabras, Hillary dijo que EE.UU. y muy específicamente Barack Obama era el padre de aquella arrenda criatura.
Hoy
existe suficiente documentación desclasificada que revela que aquellos
planes imperiales concibieron la creación de los demonios de Al-Qaeda y
sus diferentes ramificaciones yihadistas, amparadas también por las
petromonarquías de Arabia Saudita y Qatar que han contribuido tanto con
sus cuantiosos petrodólares, como de forma ideológica (las ideologías
wahabistas y salafistas-takfiristas impartidas en las mezquitas que
estos reinos también financian). Todo esto, con la finalidad de destruir
los Estados-naciones del Medio Oriente y Norte de África y aplastar a
la resistencia panarabista y unionista, como paso previo para la
división y creación de nuevos califatos o reinos árabes.
Sin
embargo, hasta ahora el resultado sobre el terreno ha estado lejos de lo
planificado por EE.UU. El rediseño del mapa árabe publicitado por la
administración Bush no ha sido posible hasta hoy.
Por otra
parte, los terroristas de EI y Al Nushra (vinculados a Al-Qaeda y
apoyados por EE.UU. e Israel) han sido prácticamente derrotados en
Siria, Egipto y Libia. Al tiempo que también han resultado ser una
pesadilla para sus propios creadores, porque se volvieron incontrolables
y han atacado intereses y objetivos militares estadounidenses en la
región.
Ciertamente, semanas atrás los terroristas del EI
lograron hacerse con el control de varios campos y facilidades
petroleras en el norte de Irak (Mosul y Kirkuk), que hasta entonces eran
administrados por las compañías petroleras estadounidenses, a través de
los independentistas del Kurdistán iraquí con asiento en Erbil. El
oleoducto que conecta Kirkuk (en Irak) y Ceyhan (en Turquía), y de la
refinería de Baiji, la más importante de Irak, que les garantiza
importantes recursos (petrodólares) para autofinanciarse y cobrar mayor
independencia de sus promotores occidentales. Además, el EI asegura que
también controla los yacimientos petroleros en Siria [5].
La independencia financiera de sus “buenos muchachos” no permite asegurar el control ni las futuras posiciones de EE.UU.
Por
su parte, la dirigencia política de Irak, conscientes de la amenaza
terrorista, ha logrado la conformación de un gobierno de unidad dirigido
por el chiita Haidar Al Abadi, quien es apoyado por el ayatolá Sayed
Ali Husein Al Sistani, y por la mayoría de los chiitas, kurdos,
cristianos y algunos sunitas). Cabe destacar que un mes atrás, el
gobierno iraquí había solicitado apoyo de Rusia contra la amenaza
yihadista, obteniendo de aquella potencia un importante lote de aviones
SU-25 y municiones que han sido empleados para contrarrestar el avance
de los mismos grupos [6]. La inmediata respuesta rusa había
dejado a EE.UU. prácticamente aislado de la zona. La administración
Obama tenía que hacer algo, implicarse directamente en Irak para
revertir esta situación. Tal como ha ocurrido otras veces en el pasado,
hoy sus “buenos muchachos” terroristas vuelven a servir como la perfecta
excusa para implicarse en Irak.
Obama y los estrategas
militares del Pentágono deben estar muy preocupados por el cambio en su
jugada. Ni ellos mismos pueden entender lo que hacen.
Hasta hace
poco, la Casa Blanca había solicitado al Congreso de su país que
autorice la concesión de una ayuda económica de 500 millones de dólares
(parte del fondo global de 5.000 millones de lucha contra el terrorismo
anunciado a finales de mayo por el presidente de EE UU.) para “entrenar y
equipar” militarmente a los opositores que llamaron como “moderados” en
Siria. Esa petición llegaba en el mismo momento en que EE.UU. comenzaba
a involucrarse militarmente en Irak ante el avance del EI, el mismo
grupo yihadista que también se encuentra presente en Siria [7].
Seguramente,
Obama y los belicosos del Pentágono estarán sopesando las consecuencias
de golpear a sus muchachos del EI en Irak y el cómo continuar
apoyándolos en Siria, aun después de haber apoyado una resolución en el
Consejo de Seguridad de la ONU que impone sanciones a seis individuos
por la contratación o financiación de combatientes extranjeros en Irak y
Siria y exige a todos los grupos vinculados con Al-Qaida a desarmarse y
disolverse inmediatamente [8]. Nada fácil cuando la verdad termina por imponerse.
Expertos
militares rusos e iraníes habían manifestado que solo es cuestión de
tiempo para que las fuerzas terroristas de EI y Al-Nushra sean
completamente derrotadas en Irak y Siria. Estos también lo sabía Obama y
sus asesores.
EE.UU. y sus aliados están muy conscientes sobre
el derrotero de sus engendros terroristas en toda la región, pero
también se encuentran muy desconcertados por la independencia adquirida
por estos grupos y la afectación a sus intereses petroleros por la
acción de los mismos. Por esta razón, muy tardíamente EE.UU. pretende
adelantarse a los hechos bombardeando, una vez más, a sus propios
demonios para ganar la indulgencia de los ingenuos, recuperar un poco su
terreno perdido en el norte de Irak y, por sobre todo, disimular su
paternidad con EI.
Notas:
[1] Obama informa de operación en la presa de Mosul http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/08/140817_ultnot_obama_irak_mosul_congreso_az.shtml
[2] Acuerdos de Sykes-Picot http://recortesdeorientemedio.com/the-sykes-picot-agreement-1916-2/
[3] Bush inventa el Nuevo Gran Medio oriente http://www.voltairenet.org/article126452.html
[4] Hillary Clinton: “Financiamos mal a rebeldes sirios y surgió Estado Islámico” http://www.granma.cu/mundo/2014-08-11/hillary-clinton-financiamos-mal-a-rebeldes-sirios-y-surgio-estado-islamico
[5]EI se hace con el control del petróleo iraquí: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/133726-estado-islamico-petroleo-millon-dolares-dia
[6] Rusia suministra aviones a Irak http://sp.ria.ru/international/20140630/160602992.html
[7] Obama pide 500 millones de dólares para los rebeldes sirios http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/27/actualidad/1403820362_152631.html
[8] ONU aprueba medida contra los terroristas http://www.voanoticias.com/content/estado-islamico-irak-siria/2415047.html
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