Entrevista al comandante de las FARC-EP Timoleón Jiménez
"Muchas cosas tendrán que transformarse para que podamos considerar la página cerrada"
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Timoleón Jiménez, comandante de las FARC-EP, habla de la posición
insurgente frente al tema de las víctimas del conflicto, la relación
con el ELN y la lucha gringa "antiterrorista" y por supuesto, sobre el
futuro del proceso de paz: " el tema de la dejación de armas y el cese
bilateral del fuego no van a ser sencillos" dice.
Pueblo pa’La Mesa:
El presidente Santos dijo en su discurso de instalación del congreso
que este era el año de la paz, las condiciones de La Mesa y los tiempos
de negociación dan para terminar todos los puntos este año?
Timoleón Jiménez:
Me temo que no. Desde luego que todos quisiéramos que las cosas se
dieran lo más pronto posible, pero ello no excluye que las miremos con
objetividad. La Comisión Histórica se encargará de elaborar la
reconstrucción del conflicto en un plazo que está establecido en 4 meses
a partir del 21 de agosto. Lo que ella produzca será insumo para la
discusión del punto sobre víctimas en La Mesa. Así que si sólo tenemos
en cuenta eso, es fácil concluir que los plazos para este año no dan.
Debe tenerse en cuenta también que el tema de la dejación de armas y el
cese bilateral del fuego no van a ser sencillos.
Pueblo pa’La Mesa: Sectores
de derecha y de extrema derecha plantean que en La Habana se está
negociando la impunidad en el tema de las víctimas. ¿Cuál es la visión
del comandante de las FARC-EP sobre el ideal de tratamiento a las
víctimas del conflicto independiente mente de quien los haya
victimizado?
Timoleón Jiménez: El tratamiento a
las víctimas debe partir de su reconocimiento como tales, lo cual
significa que el Estado reconozca como víctimas del conflicto a todos
los afectados por el mismo desde su comienzo, que se remonta muchas
décadas atrás. Existe una tendencia, incluso establecida legalmente, a
dejar por fuera de la condición de víctimas a muchas de ellas, como si
el solo paso del tiempo bastara para restarles esa condición. Después
habrá que explicarles qué pasó, por qué razón fueron tratadas de ese
modo, y entonces deberán salir a la luz los responsables de ello. Las
víctimas deberán tener la satisfacción de que se les explique lo
sucedido, sean cuales sean las causas, y eso ha de quedar claro no
solamente para ellas, sino para todos los colombianos.
La
responsabilidad quedará determinada entonces. Lo ideal sería que las
mismas víctimas participaran también en la definición de lo que se
considere justicia, aunque en esto de la participación de la sociedad
nuestra contraparte en La Mesa ha sido supremamente refractaria. En
cuanto a la reparación y garantía de no repetición, confiamos en que el
proceso sea capaz de producir los cambios institucionales necesarios
para que tales componentes sean reales. Muchas cosas tendrán que
transformarse en Colombia para que podamos considerar la página cerrada.
Pueblo pa’La Mesa: En
los últimos meses se ha visto un acercamiento entre el ELN y las
FARC-EP. ¿Hasta dónde va ese trabajo conjunto en temas de paz y cómo
visualiza el desarrollo de los procesos de paz de las dos guerrillas?
¿Terminarán en una mesa conjunta?
Timoleón Jiménez:
Es difícil hablar en nombre de las dos organizaciones cuando sólo se es
vocero legítimo de una. Sabemos que de parte del ELN existe también
plena voluntad de iniciar conversaciones de paz que pongan fin al
conflicto, lo cual hace que nos identifiquemos al respecto. Hay
dificultad en el sentido de que el Presidente Santos dejó pasar su
primer período sin entablar diálogos con ellos, lo cual los enfrenta
ahora a sumarse a nuestro proceso o entablar uno distinto con los
tiempos que consideren adecuados.
Mal podemos nosotros considerar
que deban vincularse así no más a La Mesa de La Habana, cuando ya hay
acuerdos parciales sobre tres puntos y se avizoran avances sobre los
demás. Sin duda que ellos también tienen mucho que decir y aportar para
la construcción de la paz. De nuestra parte la voluntad de colaborar es
plena, pero creo que ellos merecen todo el respeto como organización
revolucionaria. Confiamos en que adoptarán las decisiones más
beneficiosas para el país.
Pueblo pa’La Mesa: En las
últimas semanas se ha intensificado la persecución contra los miembros
del secretariado y otros altos comandantes de las FARC-EP que están en
territorio colombiano. ¿La muerte o captura de uno de ellos haría que
las FARC-EP dejaran La Mesa?
Timoleón Jiménez: A
estas alturas el proceso de paz ha producido consecuencias que el Estado
colombiano, el gobierno nacional, no puede considerar inexistentes pese
a su continuo recordatorio de que nada está acordado hasta que todo
esté acordado. Hemos insistido en la necesidad de establecer un cese el
fuego bilateral, cosa que el gobierno Santos rechaza de plano. No
tenemos la menor intención de asimilar la muerte de algún otro miembro
del Secretariado, a menos que se trate de causas naturales. Imaginarlo
siquiera resulta horroroso y comprenderá usted que no podemos construir
respuestas lúcidas sobre tan nefastos supuestos. Responderle en un
sentido u otro sería aventurado. Nuestra intención es no pararnos de La
Mesa hasta conseguir un acuerdo definitivo. Pero no creemos que por eso
nuestros adversarios deban jalar de la cuerda de tal modo.
Pueblo pa’La Mesa: ¿Cuál es el futuro de Rodrigo Londoño Echeverry en la Colombia en paz que todos los ciudadanos desean?
Timoleón Jiménez:
Continuar trabajando por la construcción del sueño que nos condujo a
las armas. Una Colombia en paz, democrática, soberana, en desarrollo
pero con justicia social. Eso significa necesariamente hacer política,
en la legalidad, al fin y al cabo ha sido eso la razón de nuestra vida.
Pueblo pa’La Mesa: El
11 de septiembre se cumple un nuevo aniversario de la catástrofe de las
torres gemelas, ¿ese acontecimiento cambió en algo la dinámica de la
lucha revolucionaria en América Latina y en especial en Colombia?
Timoleón Jiménez:
Toda cosa tiene su contraria y no puede permanecer indiferente ante sus
cambios y transformaciones. El 11 S representa sin duda un vuelco en el
modo de combatir la lucha de los pueblos por parte del imperialismo. Es
su resolución total por la violencia y la arbitrariedad. Usted sabe que
a partir de entonces todo reclamo de los explotados pasó a llamarse
terrorismo y en consecuencia a ser blanco de la guerra. Esa decisión
necesariamente repercute de gran modo en la lucha por un mundo distinto.
Los revolucionarios quedamos advertidos de que el gran enemigo de los
pueblos del mundo no tendrá las mínimas contemplaciones con nosotros.
Gadafi es un ejemplo de ello. Lo más urgente ahora es la conciencia, la
unidad de los pueblos, allí reside la verdadera fuerza en el planeta, no
en las armas nucleares y los drones.
Latinoamérica sufre también
las consecuencias de esa decisión imperial, aunque ya tenemos una larga
experiencia en eso. Paradójicamente, en coincidencia con la
institucionalización del fascismo en el norte del continente, América
Latina da pasos importantes hacia la independencia, la soberanía y la
democracia. El imperio, al menos en un buen número de países, ya no
cuenta con los gorilas de antaño para hacer su voluntad. En eso Colombia
continúa siendo una vergonzosa excepción, su alineamiento con los
Estados Unidos y la OTAN han llevado a la oligarquía colombiana en
contravía del sentir de los pueblos latinoamericanos, lo cual hace
sumamente peligroso el rol de su gobierno con relación a las luchas del
entorno. Y a las del interior del país. Por fortuna el pueblo de
Colombia también despierta y crece en la dirección de la dignidad.
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