Las evidencias de que el proceso contra los dos titiriteros detenidos en Madrid son una expresión de la creciente necesidad del Estado de reprimir cualquier tipo de contestación social son cada vez más numerosas (...).
Las evidencias de que el encarcelamiento y el proceso contra los dos cómicos de "Títeres desde Abajo" acusados de "enaltecimiento del terrorismo" son una expresión de la creciente necesidad del Estado español de reprimir cualquier tipo de contestación social son cada vez más numerosas.
En una secuencia de reacciones propias de cualquier estado policial, el pasado martes la policía identificaba a una joven gijonesa por ir disfrazada de titiritera y llevar, como parte del disfraz, un cartel en el que se aludía de forma jocosa a las detenciones de dos titiriteros por parte de la Audiencia Nacional en Madrid. Según informa el diario El Comercio, dos agentes sacaron del desfile a la joven por llevar la cara tapada con una máscara de una marioneta de la compañía Títeres desde Abajo y lucir en la espalda 'Gora la cuchufl-ETA'.
"Ni siquiera se ponían de acuerdo en el motivo de la identificación: uno decía que porque no pertenecía a ninguna charanga y el otro que por el cartel", señaló la joven a quien llegaron a insinuar que sería llevada a Comisaría cuando pidió explicaciones a los policías.
Un día antes, otro joven de Ourense había corrido igual suerte, también por ir disfrazado de titiritero y portando un cartel de “Gora Alka-ETA” en señal de solidaridad y escenificación de la parodia del contenido del cartel.
Los hechos ocurrieron en la Plaza Maior de Ourense en plena celebración del “entroido”. Varios agentes inquirieron al joven sobre su traje, le inmovilizaron y lo llevaron hasta el furgón policial.
En ese caso, la Policía Nacional no solo identificó al joven sino que también tomó los datos a dos de sus amigos y a una tercera persona, por el mero hecho de protestar por el atropello cometido.
Pero estos no han sido los únicos episodios en los que la actuación policial ha querido dejar en evidencia que ni siquiera durante el carnaval se consentirá la crítica al orden establecido.
Algo que también han podido constatar, en sus propias carnes, los miembros de la chirigota gaditana Los Recortaos, que han denunciado públicamente las presiones de la policía local justo antes de cantar en las semifinales del Falla.
Ocurrió durante las semifinales celebradas en el gran teatro Falla. La chirigota Los Recortaos, que se caracteriza por sus letras reivindicativas, denuncia que la policía les registró a la entrada, examinó sus pancartas y los identificó antes de entrar en el concurso.
La policía, por su parte, justificó su actuación en declaraciones a Canal Sur, asegurando que "solo controlaron la entrada de personas ajenas a la agrupación que pudieran boicotear la actuación".
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