La batalla patronal contra los salarios
LAS "AUTORREGULACIONES" DEL MERCADO CAPITALISTA
Como de un cuento de hadas se tratara, la gran patronal intenta persuadir vanamente a la sociedad de que la “mano invisible” del mercado, mágicamente, irá autorregulando al alza el nivel de los salarios (...).
En un interesante artículo publicado en el digital izquierdaDiario.es, que firma Carlos Muro, se mantiene que si como de un cuento de hadas se tratara, la gran patronal intenta persuadir vanamente a la sociedad de que la “mano invisible” del mercado, mágicamente, irá autorregulando al alza el nivel de los salarios.
Sin embargo, lo que realmente está sucediendo es justamente lo contrario. La gran patronal, pese al notorio incremento multimillonario de sus beneficios, ha reiterado su objetivo de mantener los niveles salariales en los límites de la miseria.
Para el 2016, por ejemplo, los patrones han propuesto un incremento salarial de un ridículo 1,6%, que atendiendo al Acuerdo para el Empleo y la Negociación (2015-2017) constaba de subidas de tan solo el 1,5%, la subida será realmente de un raquitico 0,1%.
En su artículo, Muro juzga como indignantes los artículos publicados por el periódico El País en los que elevaba en sus paginas economicas a la categoría denotorio, el hecho de que los altos directivos de las grandes empresas hayan visto reducidos sus niveles salariales en nada menos que en un 0,30%, o sea en la astronomica cantodad de unos 253 € anuales. Como contrapartida, el rotativo socialdemócrata se ha felicitado de que los trabajadores vean con la propuesta de la patronal incrementado su poder adquisitivo durante el 2016.
Según Muro, falsificaciones de este calibre chocan con la elocuente realidad de millones de trabajadores precarios, puestas en evidencia estas Navidades en las que de los 1.396.929 contratos firmados en enero, 1,2 millones lo fueron con carácter temporal.
Carlos Muro concluye su articulo destacando que la llamada “auto regulación del mercado” se da de bruces con los 4,1 millones de parados y con los 2,2 millones de personas que no perciben ningún tipo de prestación.
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