José Palazón, director de la ONG melillense Prodein: "Si el juez tira de la manta, el ministro del Interior acabará imputado también"
Su voz calmada y serena responde, un día más,
al teléfono desde Melilla. “Aquí, en casa, preparando cosas para
mañana... No sé muy bien para qué; si luego todo pasa de repente”,
bromea. Su voz, calmada y serena, contrasta con el estado de alerta que
rodea la vida de José Palazón. Director de la ONG melillense Prodein,
está detrás de cada una de las denuncias de vulneraciones de derechos
humanos lanzadas desde la ciudad fronteriza. Hace más de 10 años comenzó
a saber de la existencia de las devoluciones ilegales de inmigrantes.
Les escuchaba, y ellos, “los chavales”, se lo contaban. Desde entonces,
sus gritos sosegados han difundido con pruebas contundentes las
expulsiones 'en caliente', habituales en la valla. Esta semana un juez
le ha dado la razón.
El pasado lunes se dio a conocer un auto histórico. El
juez ha imputado por un posible delito de prevaricación al coronel jefe
de la Guardia Civil por ordenar las devoluciones en caliente en la
valla de Melilla. Él fue quien firmó un “protocolo operativo” en
frontera que no se sostiene con la legislación española ni los tratados
internacionales. Y lo hizo, según entiende el titular del Juzgado de
forma provisional, a sabiendas de su irregularidad. Además de Prodein,
están personadas en la causa las ONG SOS Racismo y Andalucía Acoge.
Mientras ha celebrado “un primer paso para que dejen de
realizarse” las devoluciones ilegales, Palazón ha continuado lidiando
con sus imprevistos diarios. El melillense destaca el ocurrido el jueves
12 de septiembre. “Me pilló comiendo, era un día de calor intenso... Y
me fui para allá”. A la valla de Melilla. Estaba teniendo lugar un
intento de salto. Ninguno de ellos logró quedarse en la ciudad autónoma.
El director de Prodein denuncia que cerca de 70 personas, la mayoría de
origen guineano, fueron devueltas a Marruecos.
“Aquello fue una experiencia nueva. Están construyendo
una valla en Marruecos que está creciendo mucho. Es horrible. Está llena
de pinchos, de cuchillas, por todas partes. Todos pensábamos que
tendrían muchas dificultades para pasar. Sin embargo, vimos cómo habían
pasado la valla de forma limpia. Pensábamos que se iban a dejar la piel.
Pero no: llevaban escaleras, y la sortearon. Hubo heridos, pero por las
caídas en la alambrada española. Comprobamos que no hay vallas que
puedan frenar a la gente. La condición y la voluntad de pasar a Europa
es mucho mayor que cualquier muro", recuerda Palazón.
Su voz también suena agotada. Pero también engaña; él nunca se cansa. “Me queda cuerda para rato”.
Un auto judicial le ha dado la razón tras muchos años de
denuncia sobre, por un lado la ilegalidad de las devoluciones inmediatas
de inmigrantes y, por otro, la existencia de estas prácticas.
En primer lugar, ya fue importante el reconocimiento de
estas prácticas por parte del Gobierno. Eso no se había asumido nunca y
hasta marzo, después de las muertes de Ceuta, no lo hicieron. Si
repasamos un poco la hemeroteca, vemos que siempre lo habían negado.
Sabían que es ilegal y lo escondían. Después se quitaron las caretas y
eso, para nosotros, ya fue una puerta abierta a poder solucionarlo. Nos
dimos cuenta de que, aunque lo hacían para normalizarlo, las expulsiones
sin garantías se podían acabar pronto porque sus explicaciones no se
sostienen.
El siguiente paso era poner denuncias. Este auto judicial
lo valoramos mucho. Tiene un valor especial por la declaración del
juez, que entra en el fondo del asunto: cuál es la frontera y qué hay
que hacer cuando el inmigrante está en territorio español. Ha escrito lo
que piensa todo ciudadano: la frontera española está en España. Estas
explicaciones judiciales son imprescindibles. Ahora cualquier
funcionario sabe cuál es el criterio judicial. Lo que se puede hacer y
lo que no. Independientemente de que la denuncia salga adelante o no,
queda claro qué se puede hacer y dónde.
El Gobierno ignora el auto y continúa defendiendo las devoluciones en frontera y las explicaciones que han derivado en la imputación del coronel de la Guardia Civil de Melilla.
El Gobierno ignora el auto y continúa defendiendo las devoluciones en frontera y las explicaciones que han derivado en la imputación del coronel de la Guardia Civil de Melilla.
Lógicamente no podían hacer otras declaraciones. No
podían autoinculparse. Eso sí, cada vez dicen una cosa. Primero, fueron
ellos quienes crearon el término de “devoluciones en caliente” hace años
con el fin de negarlas. Ese término es erróneo, son deportaciones.
Pero, después, han llegado a decir que las devoluciones en caliente no
existen. Van dando bandazos hacia un lado y hacia otro porque se mueven
en la mentira.
Ahora dicen que no se han realizado nunca, pero las
llevan enseñando desde marzo de este año. Las enseñaron, las publicaron,
querían normalizarlas. No se dieron cuenta de que no se puede
normalizar lo que es ilegal. Ningún Gobierno puede cambiar su frontera.
El Ministerio del Interior continúa defendiendo las
devoluciones en caliente con el mismo argumento que le ha costado al
coronel de Melilla una imputación por prevaricación, es decir, por hacer
algo ilegal -en este caso las expulsiones inmediatas- a sabiendas de
que lo es. ¿Qué responsabilidad tiene el ministro?
Toda la responsabilidad debería caer sobre el ministro del Interior y sus seguidores. Debería estar imputado también. Pienso que el procedimiento va a seguir adelante y, si se tira de la manta, la imputación llegará. Están metidos hasta el fondo y no hay salida. Ya ni hacen mención a los convenios con Marruecos porque tampoco se cumplen, que permiten las devoluciones pero exigen la identificación de las personas entregadas. No tienen salida. Sus declaraciones pueden servir para convencer a la opinión pública de que lo hacen se puede hacer, pero ante un juez solo sirve la ley. Y la ley dice que es ilegal.
Toda la responsabilidad debería caer sobre el ministro del Interior y sus seguidores. Debería estar imputado también. Pienso que el procedimiento va a seguir adelante y, si se tira de la manta, la imputación llegará. Están metidos hasta el fondo y no hay salida. Ya ni hacen mención a los convenios con Marruecos porque tampoco se cumplen, que permiten las devoluciones pero exigen la identificación de las personas entregadas. No tienen salida. Sus declaraciones pueden servir para convencer a la opinión pública de que lo hacen se puede hacer, pero ante un juez solo sirve la ley. Y la ley dice que es ilegal.
Entonces, se habla de cambiar la legislación.
Interior desliza otra vez la posibilidad de cambiar la Ley de
Extranjería, por la cual son ilegales.
Sí, pero no pueden. Hacer lo que ellos quieren, si lo que
pretenden es crear una reforma para amparar las devoluciones
inmediatas, es imposible. España tendría que salir de su entorno
geográfico y político. Tendría que estar fuera de la ONU, de la Unión
Europea... Tendría que volver a la época de Franco, sin relaciones de
ningún tipo. La prohibición de las devoluciones sin garantías es un
principio fundamental de multitud de tratados internacionales y lo están
incumpliendo.
¿Cuándo comenzó a saber que la Guardia Civil llevaba a cabo estas prácticas ilegales?
En la valla, desde 2004 por lo menos. Los chicos me lo
contaban. Nos enterábamos gracias al contacto que tenemos habitualmente
con los inmigrantes del monte Gurugú, pero no podíamos poner la
denuncias si no teníamos pruebas contundentes. Necesitábamos evidencias
muy claras.
Y empezaron a tenerlas.
Sí. La primera prueba la conseguimos en octubre de 2005. Era un vídeo grabado por la noche... Lo hacían a escondidas, claro.
¿Cuántas denuncias habrán interpuesto?
Seguramente, cientos (ríe, manteniendo su tono
tranquilo). No solo lo hacemos a través de la vía judicial, tambien a la
Defensora del Pueblo. Si tienen contenido penal, la tramita al fiscal
general. Por esta vía se tramitaron muchas en 2005 y 2006. Hay dos
sentencias de devoluciones con consecuencia de muerte, pero Marruecos y
España se echaba la culpa el uno al otro. Marruecos afirmaba que la
Guardia Civil había matado y que ellos no tenían competencias. España,
lo mismo: los marroquíes habían matado pero no tenían competencias. Y
así se quedó.
¿La teoría de que la valla no está situada en España es nueva?
Lo han dicho antes. La primera vez que dijeron que el
territorio de 'entre vallas' no es España fue en 2005, durante el
Gobierno del PSOE. Me lo dijo el director de la Guardia Civil de
entonces en una reunión entre varias ONG y representantes del Ejecutivo.
Estaba la vicepresidenta, María Teresa Fernández De la Vega, el
secretario de Estado de Seguridad, y el delegado del Gobierno.
El secretario de Estado estaba sentado delante de mí. Ese
día había salido publicado el primer vídeo que demostraba las
devoluciones en caliente. Entonces, le pregunté: "¿El territorio de
'entre vallas' es España?". No me contestó, me miraba de forma muy fría,
y no contestó. Yo dije: "No hay más preguntas". Entonces, el siguiente,
un abogado de CEAR, le repitió la pregunta. Y tampoco dijo ni una
palabra. Y el director de la Guardia Civil respondió de repente: “Señor
Palazón, el territorio 'entre vallas' no es territorio español”. Yo
pegué una carcajada. Di un carpetazo, me levanté y le dije: “No pidan
que me reúna para hacerme perder el tiempo”. La vicepresidenta me llamó
maleducado, y me fui.
¿A partir de entonces los diferentes Gobiernos (PSOE y PP) siempre han repetido esa tesis de forma oficial?
No. Alguna vez se ha recurrido a ello, pero no como
ahora. Hasta las últimas muertes en Ceuta, no habían recogido mucho ese
argumentario. Saben que no se puede defender en base a la ley.
Según los datos del Gobierno, las entradas irregulares
por Ceuta y Melilla solo suponen un 10% del total de entradas a España
por esta vía. ¿Por qué se centra la atención de la inmigración
clandestina por estos puntos?
Son el 10% de los que llegan a España. Pero, en concreto,
el porcentaje de los que llegan a Melilla saltando la valla es ínfimo,
es insignificante. Sin embargo, todo se focaliza en los 50 chavales
negros que suben la alambrada. Que, además, suelen ser expulsados de
forma ilegal. Pero, aunque los dejasen entrar, no serían muchos más.
Hay que tenerlo muy en cuenta: toda la alarma que se crea
sobre esos chicos que se quedan horas encima de la alambrada es
absolutamente falsa. Muchas de las entradas irregulares en Melilla se
producen por la frontera habilitada de Beni Enzar. Tenemos constancia de
que, para ello, pagan cerca de 1.500 euros en el lado marroquí. En una
semana entraron 90 sirios por esta vía. Porque hasta los refugiados
sirios tienen que pasar por caja para entrar en Melilla. Pero esto no se
dice, no se sabe. El problema son los 50 chicos que no pueden pagar en
la la frontera.
Y, con ello, ¿qué cree que pretende el Gobierno?
Si el Gobierno pone el foco en la valla, oculta su
fracaso en el control de fronteras habilitadas. Señalan a la alambrada
para defender su eficacia contra unos chavales. Centrarse en el paso fronterizo significaría reconocer que no pueden hacer frente a la corrupción.
Es una persona incómoda...
Los incómodos son ellos, que nos molestan a los ciudadanos (interrumpe rápido, entre risas, pero convencido).
… incómoda para el Gobierno.
Ah, sí. Con frecuencia (ríe).
¿Se lo hacen notar?
Sí. Hay gente que deja de saludarte, hay gente que no
quiere verte con ellos. Hay gente que te da la palmadita en la espalda
pero no son capaces de decir en público que llevas razón. Se nota en
todos los aspectos de la vida: en lo económico, en el entorno social, en
todo... Una vez un periódico local publicó una foto mía en portada
nombrándome “enemigo de Melilla”. La prensa de la ciudad está ligada al
Gobierno al completo, yo prácticamente no tengo acceso. Uno se
acostumbra a vivir en Melilla.
¿Ha recibido amenazas?
Algunas, pero amenazas políticas: en 2005 se querellaron
contra mí; el año pasado tuve que ir a juicio -por "desobediencia a la
autoridad"-, por ayudar a un grupo de inmigrantes tras saltar la
valla... En cuanto a amenazas físicas, recibí una hace tres años. Me
llamaron por telefono y me dijeron que si no me iba de Melilla en tres
días, me matarían a balazos. No me fui, y no pasó nada. Pensé: "¿Quién
se va a gastar balas en mí?".
¿Uno se acostumbra también a su ritmo de vida? En cada
salto de la valla, en cada vulneración de derechos humanos en la
frontera, siempre está usted denunciando lo ocurrido.
Siempre hay mucho trabajo en Melilla, no sabes qué va a
pasar dentro de 10 minutos. Te llaman del CETI, te llama un niño al que
le han hecho algo... Llega un momento en el que eso se convierte en tu
vida normal.
Fuente: http://www.eldiario.es/desalambre/investigacion-ministro-Interior-acabara-imputado_0_305169840.html
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