Entrevista con Nayar López Castellanos, politólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México
"América Latina hoy en día está marcando el renacimiento del socialismo en el mundo"
Nayar López
Castellanos es un reconocido politólogo, doctor en ciencia política por
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) de donde también es
profesor. Especialista en política latinoamericana y autor de varios
libros entre los que destacan: “La Ruptura del Frente Sandinista” (Plaza
y Valdés-UNAM, 1996) e “Izquierda y Neoliberalismo de México a Brasil”
(Plaza y Valdés, 2001). En 2012 se publica su más reciente libro
“Perspectivas del socialismo latinoamericano en el siglo XXI” (Ocean
Sur, 2012).
-El socialismo es una idea y una experiencia en constante cambio, con su propia historia. Tras el derrumbe del socialismo soviético, entra en una crisis profunda a nivel mundial. En los años noventa parecía que el socialismo estaba más que enterrado. ¿Qué hechos sugieren su regreso en América Latina?
-Habría que
partir de la experiencia que existió a raíz de la Unión Soviética
durante el siglo XX y ubicar que era uno de los socialismos que
existían. Es decir, no fue un socialismo hegemónico aunque llegó a serlo
en algunas regiones del mundo sobre todo en Europa del Este. Es
importante tener en cuenta, con respecto a América Latina, que siempre
persistió en nuestro continente una visión propia del socialismo.
Si
hablamos del siglo XX el llamado socialismo real de la Unión Soviética
era el referente fundamental y el foco de esperanza para muchos
movimientos. Siempre existía la Unión Soviética como ejemplo y meta.
Pero viene este derrumbe estrepitoso, no imaginado a pesar de las
circunstancias que atravesaban las economías socialistas, a pesar de que
ya había una visión muy clara de que si algo faltaba en esa experiencia
era la participación política de la sociedad. Aun así, la forma en que
cae es estrepitosa, fulminante, en un par de años (del 89 al 91)
desaparece toda una estructura que se había formado pero que además se
creía sólida a pesar de todos los errores y desviaciones.
Se da
este derrumbe en un momento en que el capitalismo ya había entrado en
esta fase de renovación conocida como neoliberalismo y más allá del
asunto económico como tal y los cambios estructurales al Estado, lo que
se plantea es que el fracaso del socialismo lleva a lo que Fukuyama dijo
en su momento, el “fin de la historia” y el “fin de las ideologías”. Ya
no había alternativa más que el capitalismo, entonces habría que
concentrarse en diseñar y formar un “buen capitalismo”, desde la visión
socialdemócrata un “capitalismo con rostro humano”. Obviamente en esos
países del bloque socialista ligados a la URSS la idea del socialismo se
relacionó con el autoritarismo, con la falta de democracia, con los
privilegios y con la represión, excesos que sí existieron en muchos
momentos de esa experiencia, y fue desechada por completo.
En
América Latina hay un impacto obviamente de este derrumbe, que se
traduce en una reformulación de los parámetros ideológicos de la
izquierda latinoamericana. En esta reconfiguración está el abandono de
la lucha armada como opción de trasformación, en general se vuelca la
izquierda hacia la lucha político electoral, hacia las luchas pacíficas;
y se abandonan conceptos y definiciones ideológicas, se abandona el
socialismo, el concepto de revolución, el poder popular, poder obrero,
etcétera. Pareciera entonces que efectivamente el socialismo había
desaparecido y había sido eliminado como una alternativa de
trasformación estructural. Pero ahí hay un error de interpretación, un
error desde la propia izquierda, es evidente cuál es el interés desde el
ámbito del capitalismo, desde las derechas, de enterrar lo más rápido
posible cualquier aspecto relacionado con socialismo, comunismo,
marxismo, etcétera. Un ejemplo muy concreto es que todo mundo en ese
campo contaba las horas para que cayera la Revolución Cubana, para que
cayera el socialismo en Cuba, sobre todo porque había una dependencia
estructural de Cuba con respecto al bloque socialista. Aparecen entonces
un conjunto de elementos que modifican esta ruta ideal que tenían los
sectores conservadores y las derechas, en 1994 aparece el EZLN con un
planteamiento en el cual no se revindica el socialismo como tal, pero se
revindica si la posibilidad y viabilidad de alternativas al sistema
capitalista y al orden político que acompaña al capitalismo que es la
democracia representativa. Es un primer llamado desde los campos de la
izquierda de que no se va a aceptar el “fin de la historia”.
Lo
que se da en A.L. si uno revisa toda la bibliografía del momento, de la
década de los noventas, es una reflexión de que fue lo que pasó con ese
socialismo real, los errores, los elementos que influyeron en que de un
momento a otro semejante estructura pudiera derrumbarse. Uno encuentra
textos de 1992, 1993, 1994 y 1995, en ese momento histórico, en que se
puntualiza por que esta experiencia fracasó y se plantea que el
socialismo como idea debe de perdurar, debe ser replanteada y debe ser
reacondicionada.
¿Qué hechos sugieren su regreso en A.L.? Primer
punto, el socialismo siempre existió como idea, tenemos ejemplos
concretos de protagonistas de la historia latinoamericana que lo
señalan: Mella, Farabundo Martí, Mariátegui, El “Che” Guevara, Fidel
Castro y muchos otros ayer y hoy, que nos marcan una pauta que nunca
desapareció y que ahí estuvo.
Si uno contrasta las historias de
luchas latinoamericanas se da cuenta que en realidad lo que predominó
fueron visiones propias del socialismo y no la “hegemonía” soviética.
Ejemplo, si uno piensa en la Revolución Cubana, uno no piensa en la URSS
atrás de esa Revolución, fue un proceso auténtico que por sí mismo
encontró una identidad con la ideología socialista, que tuvo además una
interpretación propia a pesar de algunos momentos en que la hegemonía
soviética logró imponerse. Pero la interpretación cubana del socialismo
es propia. Y así podríamos mencionar otras experiencias. Estos elementos
son fundamentales, le dan la identidad más importante al socialismo
latinoamericano, que es que en su mayoría no respondía a los manuales.
El “Che” Guevara hablaba de los “ladrillos soviéticos”. El socialismo
latinoamericano en algunas de sus vertientes tenía esa identidad propia
que en la actualidad es un elemento muy importante.
En segundo
lugar las luchas de los pueblos latinoamericanos trajeron de vuelta el
debate y la idea del socialismo. Como ya se dijo, la aparición del EZLN
rompe el guion del “fin de la historia”, y también la lucha del MST
brasileño y los triunfos de partidos de izquierda, particularmente la
llegada de Hugo Chávez a la presidencia en 1999 y el inicio de la
Revolución Bolivariana que abre un nuevo horizonte político en la región
junto con el triunfo de Evo Morales en Bolivia y Rafael Correa en
Ecuador.
-¿En este sentido podríamos decir que el reflujo
del socialismo en Latinoamérica, tiene menos que ver con la URSS, y más
con la imposición neoliberal, con las dictaduras militares, podríamos
decir que las causas son en mayor medida internas?
-Influyen
muchos elementos que determinan este reflujo de la ideología socialista
en Latinoamérica. El impacto, inclusive físico, de las dictaduras
militares, decenas de miles de muertos en el Cono Sur y casi medio
millón en Centroamérica en un conflicto de tres décadas, obviamente que
ahí hay un retroceso en términos de avasallamiento autoritario. La
imagen de los carabineros quemando libros de marxismo, el cierre de las
carreras de sociología y ciencia política en las universidades chilenas,
la persecución que se da en aquellos países, nos dan una idea del
impacto que tuvieron las dictaduras en la región. Quienes logran salvar
la vida y alcanzan el exilio son algunos de los que nutren la
persistencia de la idea socialista en los países destino, como
particularmente en el caso de México. Otro ámbito ya muy interno de las
izquierdas latinoamericanas que se han caracterizados históricamente por
las divisiones y enfrentamientos, justo el año que viene se conmemora
el 44 aniversario de la muerte de Roque Dalton fusilado por diferencias
políticas, con mentiras de Villalobos en El Salvador… pero fue el
reflejo de esta cultura de sectarismos extremos que en algunos casos
tiene la izquierda.
También está la generación de partidos
políticos que son protagonistas de este vuelco, en donde las ideas
socialistas van quedando más relegadas, que podríamos ubicar en la
experiencia del Foro Sao Paulo que fundamentalmente impulsan el PT de
Brasil, el PRD de México, el FLN salvadoreño, el PC cubano y el Frente
Sandinista nicaragüense. Salvo el caso de Cuba que busca una forma de
reimpulsar la lucha política latinoamericana, casos concretos del PRD y
PT (brasileño) van abandonando los conceptos socialistas, más en el caso
del PT, porque el PT si nace con una visión del socialismo, aún hoy en
el papel queda algo de esto.
El propio impacto del neoliberalismo
que más allá de los aspectos económicos busca la individualización de la
sociedad y tiene éxito, habiendo una transformación cultural de cómo se
concibe la política en los noventa y que hoy en día la sufrimos en
países como México con juventudes que no tienen mayor preocupación
política y social de lo que sucede en su país. Estas transformaciones
resultado del neoliberalismo que se impone en los noventa también
afectan a la izquierda latinoamericana. Además se da un efecto domino,
cae el muro de Berlín, cae la URSS y en América Latina pierde el
sandinismo las elecciones en Nicaragua que va directamente a impactar en
la guerrilla salvadoreña y a su vez en la guatemalteca. La caída del
sandinismo es similar a lo que fue la desintegración de la Unión
Soviética en Europa, para Latinoamérica. Y, por último, el grado exitoso
del intervencionismo estadunidense, la derrota sandinista no se
entiende sin la intervención de EUA, pero también toda la
contrainsurgencia desarrollada en Centroamérica y de represión en otros
países, de intervención en elecciones, espionaje… en la región
latinoamericana.
-La idea del socialismo se estructura a
partir de un cúmulo de experiencias y, también, del desarrollo reflexivo
que la acompaña. ¿Cuáles serían hoy en día las coordenadas
fundamentales de la idea del socialismo en Latinoamérica?
-Creo
que es importante hablar para el caso de A.L. (América Latina) de los
socialismos, en plural, porque la idea del socialismo en A.L. en la
época más actual tiene que ver con interpretaciones propias del
socialismo. Nosotros podemos hablar en contraste con el siglo XX de
diferentes interpretaciones del socialismo. Tenemos la experiencia de
Cuba con un Estado que paulatinamente se va retirando de la actividad
económica pero mantiene una presencia central; también hablamos del caso
de Bolivia y la idea del socialismo comunitario, que va muy ligado de
los protagonistas de este proceso de trasformación que son los
movimientos indígenas y los movimientos sociales en general, que
rescatan esta idea de la comunidad; el caso de Venezuela de lo que se
denomina el socialismo del siglo XXI, el concepto no me gusta por la
idea de Heinz Dieterich de asegurar que él lo invento, yo creo que
hablamos del socialismo venezolano que tiene que ver con un proceso
complejo de transición, que tiene una propia interpretación histórica
con la figura de Bolívar y una visión latinoamericana, y además un
regreso histórico, a la par del levantamiento de EZLN está el Caracazo
de 1989 que fue la primera expresión popular de rechazo al
neoliberalismo y que sin duda influye en el surgimiento del chavismo; y
la experiencia ecuatoriana más en el discurso con Rafael Correa que se
define como un marxista aunque en el plano práctico del manejo de la
economía, no sea completamente de esa manera.
Hablamos también de
socialismos en los zapatistas en México y en el MST en Brasil, que son
experiencias que no parten de la estructura del Estado pero si están
construyendo experiencias de corte socialista, no por querer
etiquetarlos, sino para comprender que aunque no se revindiquen como
tal, finalmente es una lógica de una estructura social que se identifica
plenamente con las ideas del socialismo, de la colectividad, de la
socialización de la riqueza y del sentido democrático.
Hay
coordenadas fundamentales en este sentido, pero hay una central desde mi
punto de vista y que identifica a todos estos socialismos, el asunto de
la democracia. Para entender el socialismo latinoamericano hoy en día
hay que entender que la lógica de la democracia, (de la participación
popular, de los mecanismos de participación desde las estructuras del
Estado), hace la diferencia sustancial con respecto al siglo XX. Si
contrastamos el socialismo del siglo XX con los del siglo XXI el punto
fundamental de contraste es el asunto de la democracia, entendida bajo
el modelo de la democracia participativa o directa. Y esta es la
coordenada principal en la que sí hay una identidad en todas estas
experiencias latinoamericanas.
-¿El socialismo del siglo XXI encuentra su vanguardia en Latinoamérica? ¿Estaría de acuerdo con esto?
-Sin
duda, yo creo que A.L. hoy en día está marcando el parteaguas de una
renovación del socialismo, de un renacimiento del socialismo en el
mundo. No encontramos hoy en día una región como la latinoamericana en
la que tantas experiencias y tan diversas estén hablando del socialismo.
Yo no aseguro que en Venezuela hay socialismo, ni que en Bolivia, ni
que en Ecuador, lo que si digo es que son países donde se está
construyendo el socialismo.
Latinoamérica es un punto clave, no sólo por estas experiencias sino también por el nivel del debate que existe sobre el socialismo. Es una vertiente que se está trabajando y además no solamente con el concepto de socialismo sino hay una rediscusión de las ideas de Marx. Esto nos refiere que hay una preocupación por rediscutir el marxismo, pero sobre todo por dejar claro que Marx trasciende los tiempos. En la medida que exista el capitalismo, no habrá otra interpretación y otra forma tan aguda de describir el capital y como funciona que las ideas de Marx. La propia derecha, el capitalismo y sus intelectuales, no han logrado superar la explicación de Marx, no han logrado opacarlo y hoy en día se está volviendo a discutir.
Latinoamérica es un punto clave, no sólo por estas experiencias sino también por el nivel del debate que existe sobre el socialismo. Es una vertiente que se está trabajando y además no solamente con el concepto de socialismo sino hay una rediscusión de las ideas de Marx. Esto nos refiere que hay una preocupación por rediscutir el marxismo, pero sobre todo por dejar claro que Marx trasciende los tiempos. En la medida que exista el capitalismo, no habrá otra interpretación y otra forma tan aguda de describir el capital y como funciona que las ideas de Marx. La propia derecha, el capitalismo y sus intelectuales, no han logrado superar la explicación de Marx, no han logrado opacarlo y hoy en día se está volviendo a discutir.
-¿De qué referentes ideológicos y teóricos latinoamericanos se nutren los socialismos latinoamericanos del XXI?
-En
un plano escalonado en la historia encontramos a Julio Antonio Mella,
si revisamos sus escritos e interpretaciones hechos en las década de los
veintes, a ya casi cien años, nos damos cuenta de las ideas tan
avanzadas e inclusive prospectivas de lo que Mella interpretaba sobre el
socialismo en A.L. y de cómo debía construirse. Pensamos en Mariátegui,
inclusive en Luis Carlos Prestes más como protagonista que por un
desarrollo intelectual entorno al socialismo. En Farabundo Martí y en
Sandino, que son un conjunto de revolucionarios, que si bien no hablaban
puntualmente del socialismo marcaron pautas importantes para el
desarrollo de este pensamiento, como puede ser para Latinoamérica el
antiimperialismo. También la escuela Argentina, es importante hacer la
mención. Después, el “Che” Guevara que tienen no solamente la lucha que
desarrolla de manera práctica, sino su legado inclusive filosófico que
deja en su revisión de pensadores como Marx y Engels, entre otros, y esa
exacta combinación entre teoría y práctica. Fidel Castro en un lugar
central, sin duda. Carlos Fonseca, en Nicaragua, que también desarrolla
una visión sobre el socialismo y la acción revolucionaria. Tenemos a
Roque Dalton para el caso del Salvador. Salvador Allende con esta visión
de construcción del socialismo dentro de un marco constitucional. Hay
muchos pensadores que podemos ir puntualizando pero algunos de los
precursores y que se siguen pensando, rediscutiendo y releyendo en la
actualidad son ellos.
En el campo de la cultura encontramos
referentes importante como Víctor Jara, Silvio Rodríguez, entre muchos
otros. Hay un bagaje de protagonistas que en el terreno de la práctica
aportaron ideas con su propio ejemplo y en el terreno de la teoría
desarrollaron paramentos importantes. En la academia tenemos Gerard
Pierre-Charles, a González Casanova quien ha generado reflexiones muy
importantes sobre el socialismo, a Martínez Heredia y a Boaventura de
Sousa, entre otros tantos.
-La figura de Hugo Chávez
empieza a ser también, aunque aún no tan analizada, una figura referente
del socialismo. ¿Pasaran Evo Morales y Hugo Chávez, a ser los nuevos
referentes del socialismo en este siglo XXI?
-Sí, yo hacía
mención del siglo XX, pero cuando hablamos del siglo XXI sin duda Hugo
Chávez está en primera fila, porque además marca esta pauta de la
identidad nacional del socialismo. De un socialismo desde los
venezolanos y en todo caso Evo Morales un socialismo desde los
bolivianos, ahí García Linera tiene un aporte importante desde la
práctica y la teoría.
Hugo Chávez hoy en día ya es un referente
del socialismo en esta nueva visión nacional. El fenómeno de Chávez y el
chavismo es una herencia de las raíces venezolanas con todas sus
diferencias y ubicaciones en el tiempo, pero es una herencia de Bolívar
como referentes de la unidad latinoamericana, del antiimperialismo e
inclusive de la idea de la decencia en la política, de la ética. Hay
esta figura de Chávez en dos dimensiones, en la dimensión de un producto
propio, con sello nacional, pero también con este impacto
latinoamericano, podríamos decir, sin que sea excluyente, que Chávez es
un relevo del liderazgo de Fidel Castro en la región latinoamericana por
la vía de los hechos. Sin disminuir la figura y el impacto de lo que es
Fidel en A.L., es parte ya de la historia, un referente innegable e
irrelegable para analizar lo que ha pasado en A.L. desde hace 60 años,
pero Chávez toma este liderazgo regional e influye en muchos cambios que
se han dado en la región.
-Noto una cierta ambigüedad de
experiencias y desarrollos reflexivos con respecto al socialismo nuevo.
Parecería que no se le menciona de manera clara, ni se le define de
manera positiva, adjetivos como anticapitalista, anti sistémicos o
autonómicos, son términos para dar cuenta de experiencias que se ligan
al socialismo. ¿A qué cree que se deba esta ambigüedad? , y ¿cómo
sortear los riesgos de esta ambigüedad, donde la idea de socialismo se
vuelve resbalosa para dar cuenta de una alternativa particular al
capitalismo?
-Yo creo que en cierta forma es todavía una
herencia de la década de los noventas, es decir, existe una especie de
temor por hablar de socialismo. ¿Por qué ese temor?, porque no quiero
que me confundas con lo negativo del pasado y entonces me desprendo de
esto, no voy a decir “soy socialista pero no del malo, no del gris, no
del autoritario, no del estalinista”, mejor me puedo identificar de una
manera más puntual que no sea el socialismo. El anticapitalismo, lo
antisistémico y lo autonómico, no están peleados con el socialismo
porque finalmente hay puntos en común. ¿Qué es el anticapitalismo?, es
claro, el concepto lo dice, ¿pero qué es lo que se propone, cuál es el
sistema que se plantea? Si uno revisa todas las posturas que se denomina
y que se ubican en estos tres conceptos finalmente todas llegan a
aterrizar en aspectos fundamentales que son propios del socialismo. Que
vienen de socializar, en términos económicos y de justicia, tiene que
ver con socializar las riquezas, la vida pública, con rescatar la idea
de la colectividad. Entonces revisas un planteamiento anticapitalista y
va hacia ese punto, ¿por qué no se quiere identificar como socialista?
porque hay estigmas que prevalecen con el tiempo, muchos de esos
estigmas están relacionados con el Estado, con la idea del Estado desde
la lógica marxista, que se entiende como un instrumento del capital, que
así es finalmente pero en un sistema capitalista. Desde la visión
anticapitalista hay un aspecto que no queda claro y es ¿qué estructura
se plantea?, ¿o no habrá estructura?, ¿si no es capitalismo de que
sistema estamos hablando? Es importante señalar que las propias visiones
del socialismo hoy en día han avanzado de tal forma que puede dejar de
ser central que se defina como socialismo, es decir, inclusive en los
socialismos caben muchas variantes.
Efectivamente se puede
interpretar como una ambigüedad, lo puede ser en algunos casos, sin que
sea malo, sin que esto tenga un aspecto negativo en el sentido de un
enfrentamiento o de ahuyentar la posibilidad de la unidad en procesos
particulares. Pero finalmente sin tratar de etiquetar los proceso, los
actores y las ideas, al final del camino sea uno autonómico,
anti-sistémico o anticapitalista, hay un punto en común entre ellos y es
el socialismo. Hay un punto en común al final y es la idea, retomando a
Francois Houtart, del “bien común de la humanidad”. La idea de que un
espacio, sus riquezas y las formas en que se pueden aprovechar van a
tener que ser a partir de una colectividad. La idea del colectivo, de la
comunidad, de la solidaridad, de la socialización de la riqueza, de las
responsabilidades y los derechos, ahí están los puntos en común. Para
el capitalismo esto no encaja porque funciona para otros intereses. Si
uno es anticapitalista que estaría planteando sino la socialización de
las riquezas, sino que exista una mínima estructura, llámese Estado o
inventemos otra denominación, de coordinación de los aspectos públicos
en la cual se puedan dirimir todos los problemas comunes de una
sociedad.
Se presta a la ambigüedad obviamente porque también es una característica de la izquierda latinoamericana en términos históricos. ¿Qué podríamos reconocerle a la derecha en muchos casos? Que tienen una identidad totalmente definida en torno al capital, la explotación y a justificar todo esto, y no hay tantas variantes. La izquierda a veces es un zoológico, visiones tan variadas, cada quien piensa que tiene la verdad y entonces si no te unificas y piensas como yo, ya no estás en el camino correcto y has tu lucha por tu lado y yo por la mía, ese tipo de ambigüedad es más costosa que una ambigüedad en torno a la definición precisa y exacta del modelo que se quiere construir y cuál es el instrumento más viable para alcanzar este objetivo.
Se presta a la ambigüedad obviamente porque también es una característica de la izquierda latinoamericana en términos históricos. ¿Qué podríamos reconocerle a la derecha en muchos casos? Que tienen una identidad totalmente definida en torno al capital, la explotación y a justificar todo esto, y no hay tantas variantes. La izquierda a veces es un zoológico, visiones tan variadas, cada quien piensa que tiene la verdad y entonces si no te unificas y piensas como yo, ya no estás en el camino correcto y has tu lucha por tu lado y yo por la mía, ese tipo de ambigüedad es más costosa que una ambigüedad en torno a la definición precisa y exacta del modelo que se quiere construir y cuál es el instrumento más viable para alcanzar este objetivo.
Por último,
creo que estos conceptos, autonómicos, antisistémicos y
anticapitalistas, también son un proceso que se va desarrollando en la
década de los noventas para crear nuevas identidades, caída la brújula
del horizonte soviético y del socialismo real, surgió por obvias razones
y con toda comprensión una necesidad de nuevas identidades, de nuevos
parámetros ideológicos. Porque mucha gente en A.L. nunca tiro la toalla,
siguió luchando siguió sosteniendo el socialismo con todo la critica
que se hizo, pero había la necesidad de encontrar nuevas banderas, lo
cual es comprensible, porque las sociedades no se estancan, se van
transformando, se van adaptando. Es comprensible que existan nuevas
identidades para definirse políticamente, para construir espacios de
lucha, de comunicación política, pero al final de cuentas todas estas
rutas llegan al mismo punto, desde el amplio campo de la izquierda
¿quién no va a estar de acuerdo con la justicia social, con la igualdad,
con el antimperialismo, con la soberanía, con la solidaridad?, ¿quién
va a estar en contra de eso?
-Profesor, sabiendo de su
conocimiento no sólo sobre la reflexión socialista en Latinoamérica,
sino sobre los procesos de transformación en América Latina,
conocimiento fruto de tener contacto directo con algunos de los procesos
más paradigmáticos de la construcción del socialismo en América Latina.
¿Nos podría comentar sobre las experiencias (proyectos, políticas y
reformas) socialistas que se dirigen a la edificación de otro mundo
posible?
-Muchos son proyectos y muchos ya son realidades.
Para entender estas experiencias habría que hablar en primera instancia
de que hay una intención, no está consumado, no está totalmente
concretizado, de resolver estructuralmente los problemas sociales de
estos países. Entonces, con base en esta lógica se diseñan los
programas. En el caso de Venezuela podemos encontrar todo este conjunto
de iniciativas de trasformación social que se conocen como las “Misiones
Bolivarianas”, que buscan desde la base abatir problemas históricos
como son: la pobreza, la desnutrición, el analfabetismo, la falta de
educación y el desempleo. Hablamos de proyectos concretos, por ejemplo
en Venezuela y en Bolivia se impulsa una campaña y se abate el
analfabetismo, cuyo beneficio es multidimensional, le da el poder a la
gente de defenderse, el poder de conocer la cultura y la historia, esto
abre muchas puertas. Eliminar este flagelo histórico del analfabetismo
en esos países es un paso fundamental y es un programa concreto. Existen
diferentes “misiones” entorno a la educación que tienen que ver con
poder hacer una primaria, una secundaria e incorporarse a la educación
superior. La matrícula universitaria en Venezuela creció un 800% durante
el chavismo, se abrieron doce universidades de carácter masivo y esto
provoca una reconversión del propio aparato productivo de la sociedad,
es decir, una de las razones históricas de la dependencia en
Latinoamérica es la falta de recursos humanos, no porque no se quisiera o
no hubiera las posibilidades sino porque al capital no le interesa y el
capital orienta el rumbo de la educación hacia sus propias necesidades.
El
apoyo al cooperativismo como una rama de la economía no estatal es
importante, se entregan recursos del Estado y se crean cooperativas,
estamos hablando de doscientas cincuenta mil cooperativas en Venezuela.
Otra experiencia importante que se desarrolla en estos países es lo que
se conoce como las empresas “Grannacionales” que son básicamente
empresas del Estado pero en alianza con otros países, por ejemplo: en
Venezuela hay una empresa de capital venezolano-iraní que construye
tractores, hay otra empresa venezolana-china que hace celulares, son
empresas del Estado pero de varios países. Como de alguna manera es
“Telesur” que no tiene capital privado de ningún tipo sino capital de
los Estados socios.
En el caso de Bolivia en el ámbito jurídico
hay un reconocimiento histórico que se les da a las comunidades
indígenas, por ejemplo en la impartición de justicia son válidos los
usos y costumbres, desde el Estado, desde la propia Constitución existen
derechos de las comunidades indígenas.
Existen empresas, como la
experiencia Argentina de recuperación por parte de los obreros, pero
esto de manera constitucional, en el caso de Venezuela hay empresas que
si los dueños las cerraron o abandonaron son expropiadas y se les
entregan a los trabajadores. Hay empresas de producción social que son
del Estado pero con cierta autonomía de los propios trabajadores. Los
procesos de reforma agraria, a principios de la década pasada en
Venezuela, se llevó la revisión de la situación de todas aquellas
tierras ociosas, que no eran trabajadas por los terratenientes y se
hicieron confiscaciones, pagándoles a los terratenientes su dinero y
entregando la tierra a los campesinos. También hay una construcción
impresionante de vivienda, en el caso de Venezuela.
Cuando llegó
Chávez había un millón de niños que no iban a la escuela y esos niños se
integraron a la escuela con el chavismo. Con los intercambios que hay
con Cuba tenemos treinta mil doctores cubanos en Venezuela atendiendo en
los “Centros de Desarrollo Integral” sin costo. Otro ejemplo es la
“Misión milagro” que ha devuelto la vista a millones de latinoamericanos
de forma gratuita.
Todos estos programas sociales básicamente se
financian desde PDVSA, ya que en vez de que se quedaran los directivos
de PDVSA todas las utilidades, como antes, hoy estas se destinan a las
“Misiones Bolivarianas”.
En Venezuela se han hecho reformas para cumplir la libertad de expresión, hay radios comunitarias, colectivos de periodistas con su propio periódico, se impulsa la cultura, se piensa una pedagogía para los niños, se han prohibido programas de televisión muy violentos. El propio “Telesur” es un ejemplo de estos avances, es un medio de información donde se muestra la historia, las tradiciones, las noticias y la cultura de los países latinoamericanos.
En Venezuela se han hecho reformas para cumplir la libertad de expresión, hay radios comunitarias, colectivos de periodistas con su propio periódico, se impulsa la cultura, se piensa una pedagogía para los niños, se han prohibido programas de televisión muy violentos. El propio “Telesur” es un ejemplo de estos avances, es un medio de información donde se muestra la historia, las tradiciones, las noticias y la cultura de los países latinoamericanos.
Por último
todo lo que tiene que ver con los procesos de integración, con el ALBA
particularmente. El ALBA tiene una política de intercambio no monetario,
Venezuela le entrega a Cuba cien mil barriles de petróleo a cambio de
la labor de treinta mil doctores, trabajadores sociales y en menor
cantidad técnicos del deporte. Entonces el ALBA busca combatir las
asimetrías, pero si uno revisa en una lógica del socialismo, de los
nuevos socialismos, es en realidad una nueva experiencia muy interesante
de que la integración y el intercambio comercial puede ser diferente al
tradicional del ámbito del capitalismo. Buscan romper las asimetrías
con la fortaleza de cada quien, si Cuba es fuerte en la medicina y
nosotros no tanto vamos a intercambiar. Yo comentaba en una clase que
sería interesante hacer una valoración en 2020 de cuáles son los
resultados sociales del ALBA quince años después. Quince o veinte años
después como influyó o no, el ALBA en términos de desarrollo social.
¿Qué tanto impacto tuvo?, yo creo que debe ser alto, porque por amigos y
enemigos Cuba es reconocida por su mayor nivel de eficiencia en salud y
los índices de mortalidad infantil y esperanza de vida, son de los
mejores del mundo. ¿Impacta o no, treinta mil médicos cubanos en
Venezuela?, habrá que ver los indicadores en Venezuela de este momento y
de cuando llegaron los primeros médicos cubanos.
Ahí hay
programas concretos, acciones concretas que nos explican que es esto del
socialismo realmente, claro a la par existe el burgués que tiene
fábricas, que acapara, que reproduce el capital. Los medios de
comunicación son privados en un 70% en Venezuela. Es un proceso complejo
de construcción del socialismo.
-El populismo y el
socialismo, ha sido una dicotomía históricamente importante en América
Latina. Algunas de las trasformaciones populares más importantes en
“Nuestra América” se llevaron a cabo por gobiernos nacionalistas,
reformistas y populares que, sin embargo, su perspectiva nunca fue más
allá del capitalismo (por lo menos no de manera clara). ¿Cree que países
como Ecuador, Bolivia o Venezuela, podrían estar viviendo una coyuntura
parecida? La existencia del capitalismo en estos países es un hecho que
puede sugerir la comparación. ¿Por qué llamar socialista a los procesos
en esos países y no procesos reformistas más ligados a la experiencia
populista y desarrollistas de algunos países latinoamericanos en el
siglo XX?
-Yo no los considero populistas por la razón
fundamental de que no solamente en el discurso sino en la práctica se
plantean un proyecto socialista. El objetivo que se está planteando en
estos procesos de trasformación es el socialismo. Solamente Allende en
el siglo XX lo determinó como tal, experiencia aparte de la cubana y
nicaragüense. Allende dijo vamos a construir el socialismo aquí en
Chile. En plena guerra fría y con los gorilas que había en aquel tiempo
se dio el golpe de Estado. Pero la diferencia sustancial en los casos
actuales de estos tres países, en menor medida tal vez en el caso de
Ecuador, pero sobre todo Bolivia y Venezuela, es que sí se habla del
socialismo y sí se plantea que ese es el objetivo a desarrollar, además
de que todos los proyectos que comente hace un momento están dirigidos
hacia la construcción del socialismo ¿Cuál socialismo? Eso no está
completamente definido. Tiene que ver con hablar de los socialismos,
algunos de los socialismos podrán incluir, tal vez, alguna empresa de
carácter privado o no, dependerá de los casos concretos, pero es
evidente que sí se plantea esta meta, esta ruptura con el sistema
capitalista.
El proceso constituyente es un punto fundamental. En
la gran mayoría de las experiencias populistas hubo reformas, pero no
hubo una transformación estructural del Estado. En estas experiencias,
Bolivia, Venezuela y Ecuador, se llega a decir vamos a dejar de lado el
sistema neoliberal y vamos a fundar un nuevo Estado. Ese nuevo Estado
mantiene el sistema capitalista, la empresa capitalista es predominante
actualmente, pero con muchos ingredientes de corte socialista y con una
visión de trasformación paulatina para que en un momento dado llegue a
ser un Estado socialista en donde predominen empresas del Estado,
cooperativas, empresas en manos de los trabajadores, que desaparezca la
concentración de la tierra, que los servicios básicos sean completamente
gratuitos, educación, salud, cultura y acceso al deporte. Estos son
elementos del socialismo que en muchos casos ya están ahí.
Hay
muchos elementos que integran esos procesos, que ubican que no son
populismos. Hay liderazgos claro que los hay, en que momento de la
historia no hay líderes, en que países no hay. Si nos remitimos a las
definiciones conceptuales entorno al populismo, que además nunca han
sido precisas, hay diferentes interpretaciones desde la Rusia zarista,
pero sobre todo si nos remitimos a su significado más usado, el
populismo tiene tres características básicas: la exaltación del líder,
una alianza cívico-militar-burguesía nacional y cúpulas sindicales
(sobre todo en Argentina y Brasil), y la exaltación del nacionalismo. Si
nosotros usamos estos tres referentes para estos tres casos que
analizamos, ( Ecuador, Bolivia y Venezuela), tenemos que una alianza con
la burguesía no existe. Hay en el caso de Venezuela una alianza
cívico-militar pero habría que ubicar la propia característica histórica
del ejército venezolano, por ejemplo, el embajador de Venezuela en
México, general de brigada, fue maestro de Chávez y el otro día
platicando con él me comentaba que “Sin novedad en el frente” (2) fue de
los primeros libros que leyó cuando se estaba formando en el ejército.
Entonces habría que revisar los casos particulares y como se da la
formación de los ejércitos a fin de entender que es esto de la alianza
cívico –militar en Venezuela.
Yo creo que no son procesos
populistas, porque partiendo de que hicieron asambleas constituyentes,
no fue una reforma a la constitución hicieron una nueva constitución y
ahí hay un deslinde muy concreto de otras experiencias que pudiéramos
ubicar como populistas en A.L. El objetivo que tienen, los cambios que
han hecho, la propia dinámica de integración regional rompen los
esquemas del populismo, por más que los han querido encasillar, no lo
han logrado porque no hay los mínimos necesario para decir esto es
populismo.
Regresando a la pregunta anterior, que fue un elemento
que faltó, cuando hablamos del proyecto, reformas y programas, está el
asunto básico de la democracia. Los populismo latinoamericanos no eran
democráticos, era el líder el que determinaba lo que había que hacer, y
en estos casos si bien existe un peso grande en la figura de Chávez, Evo
y Correa, existe todo un espacio de participación política del pueblo
que no había existido en ningún país latinoamericanos. Nunca en la
historia del mundo había existido la revocación del mandato, en términos
reales. ¿Dónde ha existido y dónde se ha llevado a cabo?, solamente en
Bolivia y Venezuela, yo no recuerdo otro caso en el mundo.
Yo creo
que justo esta cuestión de donde está el socialismo en lo concreto y
por qué no es populismo, tiene que ver con la democracia, una democracia
participativa directa, presupuesto participativo, iniciativa popular,
referéndum, revocación del mandato, todas estas figuras que curiosamente
se ha apropiado la derecha para tratar de revertir y de disminuir el
impacto de estos procesos de carácter socialista que estamos analizando.
Esa ausencia del socialismo del siglo XX y la fortaleza del socialismo
de este siglo XXI es la democracia. Relacionado con la lógica de que el
socialismo no se decreta sino se construye, que contradicción tan grande
sería que estés hablando de socialismo y de la socialización de la
riqueza si no se tienen los mecanismos fundamentales para que el pueblo
sea partícipe de esa construcción y que tenga el derecho de expresar y
criticar todo lo que quiera.
-Para concluir. ¿Cuál cree que sea la perspectiva futura y las dificultades de la edificación del socialismo en A.L.?
-En
términos de una continuidad histórica el principal obstáculo es EUA,
básico entender que la principal dificultad tiene un nombre y es EUA.
Porque siempre estará en contra de que los países latinoamericanos
puedan tener el manejo de su propio destino en cualquier sentido,
inclusive aunque no fuera socialista, por menos de socialismo derrocaron
a Arbenz en su momento, lo hicieron con Zelaya en Honduras cuando él
era un liberal que su peor pecado fue ser amigo de Chávez y meter a
Honduras al ALBA… esa es la principal dificultad. En un segundo lugar de
dificultades, las propias decisiones internas de quienes encabezan los
procesos, de los pueblos. Estoy convencido de que en realidad el
socialismo en estos procesos tendrá el alcance y la madurez dependiendo
del pueblo, si el pueblo exige, si el pueblo está atento, si el pueblo
vigila que no haya desviaciones, que se acabe la corrupción por
completo, entonces el proyecto socialista se fortalecerá. Por el
contrario si el pueblo no está atento y si no empuja, presiona, demanda y
vigila también es difícil que estos procesos puedan fortalecerse.
Hay
elementos externos e internos que van a determinar cuál es el rumbo del
socialismo en A.L., lo importante es que la iniciativa se mantenga, que
no se pierda la esperanza de que esto es posible y que en aquellos
casos más sombríos, como el caso de México, que se planteé.
La
dificultad va a ser justamente tener la decisión de vencer las
dificultades, pensar y darse cuenta de todo lo que se ha hecho en A.L.
en los últimos tiempos a partir del zapatismo pero también a partir de
la llegada de Chávez en Venezuela, todo lo que se ha hecho ahí es
impresionante si lo medimos en términos histórico. Latinoamérica vive un
momento que nunca había vivido en su historia, nadie se podía imaginar
antes un “Telesur”, era como algo alucinante, una televisora que no
tuviera anuncios comerciales, que reflejara la realidad, la cultura y
películas de los países latinoamericanos y que fuera independiente de
EUA y de los monopolios de comunicación. Tampoco era posible entender un
ALBA, que hubiera doctores en otros países, sin cobrar allá, ellos
reciben su salario en pesos cubanos en Cuba. Esas cosas no eran
imaginables.
Ser de izquierda no es crear un programa de becas, es
otra cosa. Para países como México voltear hacia A.L. y hacia estos
procesos es fundamental como posibilidad de nuevas esperanza y
construcción de nuevas alternativas. Y eso es responsabilidad de todos
aquellos que tienen esa conciencia de que otro mundo es posible, darse
cuenta de que no hay otro sistema político económico y cultural más que
el socialismo que planteé la justicia social, el bienestar, la igualdad,
la socialización de la riqueza, el derecho a la salud, a la educación,
al deporte, el respeto por la autodeterminación de los pueblos y la
solidaridad de los pueblos. Tener estas coordenadas en mente puede
facilitar que esto se sostenga. Para casos como el nuestro, como el de
México, hay que explicar que esto existe, que el socialismo no fue
enterrado, no es un dictador, el socialismo también es democrático,
plural y respeta las religiones. Ese es el desafío inmediato.
Notas
1.-
Entrevista realizada el miércoles 21 de mayo del 2014 en la Facultad de
Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
2.- Libro de Erich Maria Remarque publicada en 1929 que
muestra los horrores de la guerra a partir de la experiencia de un joven
soldado, novela considerada antibelicista.
Fuente orignal: http://www.analectica.org/entrevista-nayarlopez/
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