Los casi 10.000 aforados en España: la casta
Ahora también nos enteramos que en este lamentable país hay casi 10.000 aforados. O sea que gozan de privilegios ante la justicia hasta para ser juzgados. Son intocables ante los juzgados a los que vamos la mayoría y solo pueden ser juzgados en los tribunales superiores. Y por aquí hay que empezar. Por ejemplo un cargo político corrupto, sea diputado, senador, ministro… solo puede ser juzgado por el Tribunal Supremo. Pero resulta que los miembros de este alto Tribunal también son parte de esta casta de aforados. Se imaginan ustedes, ¡jueces aforados juzgando a cargos públicos también aforados! Un cachondeo.
Entre
esta “casta” de aforados, ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Pues
resulta que hay unos 2.000 políticos con cargos públicos que son
aforados. Y los otros 8.000 son todos los jueces, magistrados, fiscales,
altos cargos de las Fuerzas de Orden Público y altos mandos militares.
Los jueces de altos tribunales que pueden juzgar a los aforados son
ellos mismos aforados. Los jefes policiales que ordenan reprimir y
acabar “de facto” con las libertades de los ciudadanos son aforados. Los
jueces que mandan desahuciar de sus viviendas a familias en paro por
orden de los bancos son todos aforados que se juzgan entre ellos mismos.
Ministros y diputados que votan los recortes en Sanidad, Educación,
Servicios Sociales… son aforados. Políticos que hacen leyes para
restringir derechos sindicales y laborales y facilitan el despido de 6
millones de personas, son aforados. Políticos y cargos que roban los
dineros públicos, que prevarican, que blanquean dinero negro, que se
aprovechan del patrimonio público para hacerse rico… son aforados.
Cargos públicos y jueces que impiden recuperar la Memoria Historica, que
niegan investigar los crímenes del franquismo para hacer justicia con
sus víctimas y familiares... son aforados. Toda la “casta de poder” está
aforada en este país. Los tres poderes del Estado de Derecho y
Democrático gozan del privilegio del aforamiento: el Legislativo que
aprueban las leyes y el Ejecutivo (gobierno) y Judicial que las hace
cumplir. Ser aforado debe dar mucha seguridad porque ninguno a pesar de
ser tantos miles, que se sepa, ha renunciado a este privilegio, ni de
derecha ni de izquierda.
¿Es esto realmente una democracia, un
Estado de Derecho en donde somos todos iguales ante la LEY? En las
democracias más avanzadas y largas, Alemania, Inglaterra y hasta en EEUU
no existen los aforados.
En todo caso, ¿por qué no pueden ser
aforados quienes se manifiestan contra el paro, contra los desahucios o
quienes participan en un piquete de huelga. O quien está en paro
permanente en contra de su voluntad o quienes forman parte de esos 12
millones de ciudadanos que están en la más absoluta pobreza. O quienes
buscan comida en la basura o roba una gallina para comer?
Estos
miles de aforados son los mismos que han hundido este país. Y son casi
los mismos que pactaron la Reforma Política, o sea la conversión del
franquismo a la democracia, y este desproporcionado numero de
“intocables” fue parte de ese acuerdo. Los franquistas, sus hijos y sus
nietos seguirán mandando en este país y no rendirán cuenta ante la
sociedad. Quienes se otorgaron por ley estos privilegios nunca podrán
ser quienes acaben con ellos. Tendremos que ser los ciudadanos, el
pueblo, quienes los echemos, de una manera u otra, construyamos una
sociedad democrática con derechos para todos y llevemos a esta “casta”
ante otros tribunales con jueces que no sean ya aforados. Así tiene que
ser el futuro de este país.
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