Por JUAN ANDRÉS PÉREZ RODRÍGUEZ /
CANARIAS-SEMANAL.ORG.- “Firmando la paz, listos para la
guerra”. Así podría interpretarse la noticia que protagoniza el líder
supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei.
Como todo el mundo sabe, Irán y el llamado
Sexteto de negociadores internacionales han firmado un acuerdo nuclear. Para
muchos, este acontecimiento pone fin a más de 30 años de conflictos. Sin
embargo, cuando tantos intereses del Imperio están en juego y el enemigo
norteamericano no claudica esta apresurada conclusión genera muchas
dudas.
Tanto es así que el ayatolá iraní publicó en
la red social Twitter, según RT, una silueta del presidente
de EE.UU., Barack Obama, suicidándose de un disparo en la
cabeza con el siguiente texto:
"El presidente de EE.UU. dijo que podría destruir la capacidad militar de
Irán. Nosotros no queremos una guerra y no la empezaremos, pero si se inicia una
guerra, el único perdedor será el agresivo y criminal
EE.UU.".
Hay que recordar que este tipo de declaraciones
del ayatolá no son el reflejo de una mera opinión personal ni es la primera vez
que se producen. Él, como otros altos mandos militares iraníes, han señalado con
anterioridad que el histórico acuerdo nuclear alcanzado con su país "no va a
cambiar" la política histórica en relación al "arrogante" EE.UU.
Todo lo contrario, afirman, incrementará "100 veces más el
odio" hacia la nación norteamericana, ya que el acuerdo no es más
que una "herramienta para desarrollar una agresión militar"
contra Teherán.
Como no podía ser de otra forma, el tratado también ha generado reacciones
negativas dentro de EE.UU. y su aliado Israel.
El jefe del Pentágono, Ashton
Carter, manifestó al respecto que una de las razones por las que el
histórico acuerdo es positivo es que Washington se reserva el derecho de
utilizar la fuerza militar contra la república islámica si lo considera
necesario.
El Gobierno israelí, punta de lanza del imperialismo
en la zona del cercano Oriente, consideró dicho acuerdo como "un
error histórico".
No debemos olvidar, en cualquier caso, que la crisis que dio lugar a este
pacto entre EE.UU. e Irán tuvo lugar por la “sospecha”
norteamericana de que el programa nuclear de la República Islámica tenía como
fin la fabricación de armas nucleares en secreto. Por su parte Irán siempre ha
rechazado todas las acusaciones, definiendo como pacífico su programa
nuclear.
Es decir, que como todo esto indica, el convenio
alcanzado en Viena no ha terminado con años de 'impasse'
entre Teherán y Occidente, como algunos analistas
han asegurado.
Continúan sin resolver dos de las tres razones que,
según Paul Craig Roberts, subsecretario del Tesoro en la
Administración de Ronald Reagan, obligaron al alcanzar el acuerdo con
Irán:
Lo primero, y más importante, Estados Unidos no tiene recursos
para enfrentar a Rusia, China, Irán y al Estado Islámico
simultáneamente.
Y en segundo lugar, la “vulnerabilidad energética
de Europa”, dependiente del gas y el petróleo ruso.
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