Desde que la Troika viene interviniendo en Grecia a través de sus
destructivos programas de ajuste, la deuda pública del país ha pasado de
representar el 99% del PIB en el año 2008, hasta el 175% en 2014, antes de que
llegara al Gobierno Syriza, llevando a su población a niveles de pobreza y
sufrimiento que no se veían en Europa desde la posguerra. La incompetencia
gestora de ese triunvirato formado por la UE, el BCE y el FMI, sus errores
manifiestos, cuando no su mala fe a lo largo de estos años de aplicación de
fracasados programas de ajuste en Grecia, ha llevado a que un país entero se
esté cociendo a fuego lento, con su economía colapsada y una deuda absolutamente
insostenible para la misma Troika, que mediante sus imposiciones obliga a Grecia
a seguir endeudándose y a llegar a someter sus propios activos al control de
organismos no democráticos, como el BCE o el FMI.
Precisamente donde se ve con claridad la descomposición moral que vive el
proyecto europeo y su corrosión política es en el papel que la UE ha dejado
desempeñar al FMI en la crisis griega, siendo como es uno de los organismos
internacionales más anacrónicos, cuestionados y fracasados, desde su
instauración en Bretton Woods, en el año 1944. Creado para la articulación de un
nuevo orden financiero mundial de uno de los bloques y permitir así la expansión
de la autoridad política de los EE.UU. en el mundo, el FMI ha emergido en Europa
como el gran supervisor de los países en crisis, sin haberse reformado ni
democratizado, repitiendo una y otra vez los mismos errores que lleva cometiendo
desde hace décadas. La extrema dureza que su directora gerente Christine
Lagarde, ha mantenido hacia el democrático Gobierno de Syriza contrasta con
el apoyo histórico que el FMI ha venido dando a dictaduras, gobiernos corruptos
y genocidas a lo largo de su historia de forma continuada. Y no es en modo
alguno anecdótico, ya que estos casos históricos demuestran con claridad qué es
lo que el Fondo ha venido apoyando, qué tipo de gobiernos han sido merecedores
de su generosidad y hasta dónde llega la crueldad y el cinismo que el FMI aplica
sobre el pueblo griego.
Uno de esos ejemplos poco conocidos lo tenemos en el apoyo y la generosa
financiación que durante años recibió uno de los dictadores más corruptos y
sanguinarios del mundo, Mobutu Sese Seko, en Zaire (la actual República
Democrática del Congo), a quien el Wall Street Journal denominaba como
“déspota subsidiado por el FMI”. En el año 1978, la deuda de Zaire ascendía a
unos 5.000 millones de dólares, para un país cuyo PIB apenas llegaba a los 700
millones. Ante la descomunal deuda del país, el sanguinario Mobutu, cuya fortuna
personal sobrepasaba los 10.000 millones de dólares, pidió al FMI la ampliación
de su programa de ayuda, para lo cual esta institución desplazó a Zaire a uno de
sus mejores economistas, Edwin Blumenthal, para examinar las cuentas del
Banco Central y del Gobierno, emitiendo un informe previo a la concesión o
denegación del préstamo solicitado.
Durante su estancia en Zaire, Blumenthal sufrió continuas amenazas por parte
de militares y guardaespaldas de Mobutu para impedir su trabajo, hasta el punto
que dormía siempre con una pistola bajo su almohada y en permanente conexión por
radio con las embajadas de Estados Unidos y Alemania, ante el temor a ser
asesinado. En el informe final emitido, Blumenthal advirtió al FMI de que la
corrupción sórdida y perniciosa era tan grave que no había ninguna posibilidad
de que se empleara adecuadamente el dinero prestado y que finalmente pudiera ser
recuperado.
Sin embargo, poco después del informe enviado al FMI, este organismo concedió
a Zaire el mayor préstamo aprobado nunca a un país africano y, en los seis años
siguientes, tanto el FMI como el Banco Mundial volvieron a conceder abundantes
ayudas que nunca fueron recuperadas, de forma que cuando Mobutu fue derrocado,
en 1997, la deuda de Zaire, principalmente con estos organismos, superaba los
15.000 millones de dólares. Pero ya sabemos lo malos que son estos griegos.
Carlos Gómez Gil es Sociólogo y Politólogo, profesor de cooperación al
desarrollo en la Universidad de Alicante. Publica el Blog, Palabras
gruesas: www.carlosgomezgil.com
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