Sirvientes de la Unión Europea y
del FMI, es el rol que han cumplido el parlamento griego, el primer ministro
Alexis Tsipras, y el gobierno de este país. La noche del 15 de julio el
parlamento griego dijo SI a las reformas impuestas por la Unión Europea y el
Fondo Monetario Internacional (FMI). De 300 parlamentarios, 64 votaron en
contra. Solo 32 diputados de Syriza estuvieron en contra de las medidas
antipopulares. El programa redactado por las potencias europeas, traerá más
sufrimientos, hambre y pobreza al pueblo. Alexis Tsipras, líder de Syriza y
primer ministro Griego, será recordado como el más avezado estafador político de
este país.
Retrospectiva de una estafa política organizada desde el
Estado
“¿Cómo es posible que un devastador “no” al memorándum de
austeridad pueda interpretarse como una luz verde para un nuevo memorándum?, se
pregunta el articulista Stathis Kouvelakis. Por su parte, un trabajador griego
dice que la propuesta que ahora defiende el Gobierno de Alexis Tsipras, se
parece más a la propuesta reaccionaria de Bruselas, que a la que fue rechazada
en el referéndum del domingo 5 de julio.
El martes 14 julio en la
televisión griega, el primer ministro griego Alexis Tsipras puso cara de
inocente para decir que el nuevo plan financiero firmado con la Unión Europea y
el FMI era un texto que él “no creía, pero que lo había firmado para evitar un
desastre a su país”. Al contrario de lo que decía el primer ministro, el
desastre ha comenzado con la firma de este texto.
Alexis Tsipras el
primer ministro de Grecia, ha cometido una abominable estafa política contra el
pueblo griego. Esta estafa se ha desarrollado en tres momentos:
Primero.
El 25 de enero del 2015, Syriza ganó las elecciones en base a una gigantesca
demagogia electoral y ofrecimientos sociales y económicos de carácter popular
para resolver la crisis de este país. En plena campaña electoral, Alexis
Tsipras, ofreció un programa de “crecimiento económico y fin de la austeridad”.
Prometió, aumentar el salario mínimo a 751 euros para todos. Creación de 300 mil
empleos suplementarios.
Durante la campaña electoral Alexis Tsipras, dijo
“no pagaremos una parte de la deuda externa”, y que la restante se pagaría con
cláusula de crecimiento. La deuda externa de Grecia alcanza el 177% del PIB y es
impagable en una economía primaria como la de este país. Syriza ofreció la
nacionalización de los servicios básicos privatizados como el agua, la
electricidad y el transporte. Se comprometió a otorgar subsidios inmediatos a
las víctimas de la crisis, subir los sueldos de los pensionados, y aumentar el
subsidio a los trabajadores sin empleo. Syriza ofreció la distribución gratuita
de electricidad para 300 mil hogares pobres, educación gratuita, pago para los
trabajadores desocupados, etc., etc.
Segundo. El 5 de julio a pedido del
mismo Syriza, se convocó a un referéndum para que el pueblo decida aceptar o no
las reglas antipopulares provenientes de la Unión Europea. Un día antes del
referéndum Tsipras, dijo que “respetará cualquiera que sea la voluntad del
pueblo”. Pidiendo al pueblo que en esta pregunta, del SI o del NO, los “griegos
respondan con orgullo y responsabilidad". A pesar que el pueblo dijo NO a la
política de austeridad, Syriza aceptó las reglas antipopulares de los patrones
de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional.
Tercer y último
acto. El parlamento griego se pone de rodillas y aprueba el texto europeo que ya
el primer ministro Alexis Tsipras, lo había firmado y sacramentado. Así sin
ninguna dignidad el “gobierno de izquierda” griego sostenido por los partidos
más reaccionarios de este país, se comprometió a pagar la fabulosa deuda
externa, empobrecer mas a la población, bajar los salarios y vender las empresas
y bienes del Estado para pagar la deuda y reflotar los bancos.
Aquí
algunos puntos del desastre (1).
La firma del acuerdo con Bruselas es
una verdadera calamidad para el pueblo Griego. Nuevas y peores medidas
económicas y sociales contra con los pobres. Más riquezas para los bancos,
aparatos financieros y los ricos de este país. Desastre en la vida política y en
la dignidad de este país. Los asalariados tienen que trabajar hasta los 67 años.
Los trabajadores pierden la estabilidad laboral y se liberaliza el mercado del
trabajo. Nuevas reglas en el derecho a las negociaciones colectivas, al derecho
de hacer huelgas. Fin de la estabilidad laboral.
A partir de este
acuerdo, el Estado griego, es un poco menos que un vulgar cobrador de impuestos
para recolectar los euros suficientes para pagar la deuda externa. Hasta los
principales bienes de este país han sido hipotecados (embargados) para
“garantizar” que el gobierno de Sypras pague el dinero que va entregar la
Troika.
Se reducen los gastos del Estado en lo que concierne la salud
pública, educación, etc. Reforzamiento del sistema financiero, mejoramiento de
los bancos y alto a cualquier injerencia política. Liberación total de la
economía griega, incluido los salarios y servicios. Privatización total del
sistema de transporte conductor de electricidad.
El equivalente a 50 mil
millones de euros en bienes públicos del Estado griego serán trasferidos a un
fondo que servirá de garantías a los nuevos préstamos que otorgara la Unión
Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La mitad del dinero
(prestamos) que otorgará la Unión Europea servirá para recapitalizar los bancos
griegos. Un cuarto de estos montos ira directamente al pago de la deuda externa.
Según el nuevo tratado Grecia-Europa, la administración de las instituciones del
Estado deben “despolitizarse”. Serán los técnicos del capitalismo
“despolitizados” los que gobernaran Grecia.
El gobierno griego está
obligado a consultar con la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo,
FMI) sobre cualquier proyecto económico, social y político. Según el acuerdo,
solo después del visto bueno de la Troika, el gobierno podrá someter su proyecto
a la consulta pública o del parlamento. En otras palabras, el gobierno griego es
apenas una especie de administrador del patrón europeo.
Consecuencias
políticas de largo alcance. Dos elementos
Primero. La bancarrota de
Syriza y de Alexis Tsipras contra el pueblo griego, constituye la bancarrota
política no solo de este grupo. Es la ruina de esa nefasta corriente política
fabricada por las mismas potencias imperialistas que se presentan como
“alternativa democrática” al sistema liberal y neoliberal. Estas organizaciones
de «izquierda» en Europa han pretendido hacer pasar como mensaje de esperanza
política la posibilidad de construir otro tipo de sociedad, contraria al sistema
de explotación salvaje, sin liquidar el liberalismo, la gran propiedad privada y
el sistema capitalista.
A partir de la estafa consumada por Syriza, los
movimientos “anti sistema”, de Europa pierden terreno y sus posibilidades ganar
nuevas elecciones queda en riesgo. Con el ejemplo griego (tragedia), el pueblo
puede entender con claridad que todos esos movimientos de “izquierda” y
“democráticos” sirven exclusivamente para reforzar el sistema imperialista
mundial.
Los socios políticos de Syriza en España, Francia, Bélgica y
otros países, son también responsables de la estafa al pueblo griego. Tienen
responsabilidad tanto en el sufrimiento del pueblo griego, así como en el
triunfo de los patrones de la Unión Europea. Las actuales lamentaciones de esta
“izquierda” frente a la bancarrota de Syriza, no cambia en nada su conducta
oportunista para propagandizar una falsa y tramposa perspectiva popular en
Europa. El derrumbe de Syriza es la bancarrota de esa falsa izquierda europea
que se camufla con un discurso anticapitalista, de “socialismo democrático”,
“populismo de izquierda”, “altemundialismo”, pero que en la práctica actúa como
instrumento del sistema imperialista.
Según esta “izquierda” hay “que
luchar” por una “Europa de la solidaridad” contrapuesta a una “Europa de
austeridad y de la democracia financiera”. Para estos grupos, el sistema
imperialista que domina actualmente el planeta, puede modificar su naturaleza
salvaje, a partir de reformas y de cambios en su sistema económico y social.
Bajo este objetivo, los grupos altermundialización, buscan ganar puestos en el
parlamento, en los municipios, gobiernos regionales, en el parlamento Europeo, y
en el mismo gobierno central.
Los altermundialistas, o anti
mundialización, surgen como producto de una crisis de dirección política de
izquierda en Europa. Los partidos de izquierda, comunistas, trotskistas,
democráticos, socialistas, y otros, se han convertido en miserables cómplices
políticos de los grupo de poder. Su rol consiste, en lo fundamental, en avalar y
justificar un sistema político agresivo, antipopular y reaccionario. Son socios
electorales de los partidos de derecha. Su participación en el parlamentarismo
europeo y en los gobiernos locales, sirve para engañar a la población y camuflar
un sistema antidemocrático que avanza hacia una represión política generalizada
en Europa.
Segundo. Con Grecia se muestra que en la Unión Europea
liderada por una poderosa Alemania post nazi, ha comenzado a tomar cuerpo el
“modelo alemán” que tanto soñó Adolfo Hitler durante la segunda guerra mundial.
“Pagas o te vas”. Dijo Ángela Merkel como solución final a las negociaciones con
el gobierno griego. "En la tremenda lucha por el futuro de Europa, los alemanes
somos campeones de un nuevo y mejor orden donde todos los pueblos europeos
hallarán un lugar legítimo y digno…. ella consolidaría la confianza de los
pueblos europeos en nuestra política y aumentaría su voluntad de seguir nuestra
guía y trabajar por nuestra victoria". (Párrafo de un documento nazi en
1943).
(1). Versión integral en francés del acuerdo, anotado por
Yanis Varoufakis ex ministro de finanzas de Grecia. Publicado por el Huffington
Post, 15/07/2015).
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