Podemos en común. Javier
Gallego
eldiario.es
Dejemos de tirarnos los trastos a
la cabeza. Pido un momento de calma para tratar de entendernos sin caer en
descalificaciones mutuas. La llamada de Ahora en Común a la unidad popular para
ganar las generales ha tenido, por desgracia, un primer efecto opuesto al que se
deseaba. La dirección de Podemos, y más aún su facción afín, no la ha
interpretado como una invitación sino como un ataque a su línea de flotación y
ha respondido con virulencia. Más que una mano tendida, les parece el inoportuno
brazo del ahogado que se echa al cuello de Pablo Iglesias para forzarle a
salvarlo o hundirle si no lo hace. Por el otro lado también se aprovecha para
atacar el personalismo blindado de la cúpula de Podemos y pagar sus desprecios a
la izquierda con la misma moneda. El Frente Popular de Judea contra el Frente
Judaico Popular.
Todos tenemos la razón, como decían irónicamente Accidents Polipoètics. La perdemos cuando perdemos las formas. Pero en los reproches de unos y otros hay parte de verdad. Es cierto que Ahora en Común trata de presionar a la dirección de Podemos, como motor principal del cambio, para que sea más generosa. Pero si ha nacido es porque Podemos ha dejado un cauce tan estrecho que es imposible confluir. Ha surgido porque el grupo de Pablo Iglesias ha tomado una deriva cada vez más inaccesible y antipática que ha desembocado en unas primarias que no satisfacen ni siquiera a buena parte del partido. Ahora en Común no nace como una conspiración judeomasónica de IU, aunque por supuesto le beneficia, pero no hay más que ver los cargos y simpatizantes de Podemos que hay detrás, para desechar el bulo. Nace porque Podemos ha dejado de ser el espacio para todos y la herramienta del cambio en solitario.
No hablo de las fallidas encuestas, hablo de las últimas elecciones que son las encuestas más fiables que tenemos y dan a Podemos un 15%, algunos sondeos incluso menos. Esta es la realidad, lo demás es ruido. Dejémonos de peleas a ver quién es más listo, quién la tiene más larga, quién lo ha hecho peor y quién tenía razón. Vale, sí, Podemos tuvo la mejor idea, la ejecutó y funcionó, Izquierda Unida estaba equivocada y quienes despreciaron a Podemos se la han tenido que envainar. Todo eso es cierto. Ya respondió Pablo Iglesias con acritud. Ya se cobró su justa venganza. Quien lo haya necesitado, se habrá desquitado. Pasemos página. Esto no es una guerra de comunistas contra podemitas sino de las mareas de cambio contra el bipartidismo. No estamos hablando de salvar a IU sino a un país. Estamos hablando de algo mucho más importante que requiere personalidad y no personalismo. No importa quién la tiene más grande sino cómo podemos ser más grandes. No se trata de confrontación sino de conciliación. Necesitamos menos rencor y más reconciliación.
Por eso pedía el cese de las hostilidades ante el que la derecha y sus medios se frotan las manos. Se frotan las manos por la pelea y porque creen y quieren hacer creer que la unidad popular es una alternativa contra Podemos que dividirá el voto. Cuando vean que no es una división sino una suma para multiplicar, se las frotarán pero angustiados. Hay que ser más listos que ellos, no hay que dejarse llevar por la primera impresión y la primera reacción de recelo. A algunos os pareció peor el remedio que la enfermedad pero a la larga puede ser determinante si se trabaja con humildad, solidaridad, generosidad y altura de miras. Estoy convencido de que son capaces de superar lo que les separa para coincidir en lo que les une. Ya que ha sucedido, hay que ver la ocasión como oportunidad, no como calamidad. Poco ha tardado en darse cuenta la dirección de Podemos que ya ha anunciado que trabajará hasta septiembre para buscar una confluencia con Ahora en Común. Si ya lo han entendido ellos, deberíamos empezar a remar todos en la misma dirección.
Lo han hecho cientos de personalidades de la cultura, lo han hecho 25.000 firmantes del manifiesto de Ahora en Común, entre los que me incluyo, sí, lo están pidiendo las Mareas Atlánticas en Galicia, partidos como IU, Equo, Cha, EUiA, convocatorias ciudadanas que ganaron en las municipales y ojalá se sumen voces influyentes como las de Manuela Carmena, Mónica Oltra y Ada Colau. Hay militantes de Podemos que repiten: la confluencia somos nosotros, quien quiera confluir que entre. También Cayo Lara dijo que la Syriza española era Izquierda Unida y ya veis dónde está. El cambio no es de nadie, es de todos. Hay que superarse a uno mismo para llegar al nosotros por el bien común. Hasta la ejecutiva de Podemos lo empieza a reconocer y ya ha dicho esta semana en boca de Nacho Álvarez: "Consideramos que Podemos y Pablo Iglesias en particular constituyen ahora mismo las herramientas fundamentales de cambio. No quiere decir que sean las únicas y que tenga que ser en solitario".
Partamos de ahí. Podemos-Iglesias como herramienta fundamental. Ha desequilibrado al contrario pero no le ha sobrepasado. Para desbordar, hay que sumar a los que no están dentro de Podemos ni quieren entrar. Hay formas de conseguirlo. Si quieres que todo el mundo pase por el aro, hazlo más grande. Pablo Iglesias ha dejado hueco en sus listas con ese objetivo pero no es suficiente porque ha puesto condiciones muy estrechas para entrar y por eso le han rechazado las otras fuerzas. No quieras que todo el mundo confluya hacia ti, confluye tú también. Busca mecanismos, consensos, acuerdos, unas segundas primarias más abiertas, para que las nacionalidades y el resto de confluyentes puedan ocupar un espacio importante. Abre Podemos, amplía tus fronteras para que abarquen a más gente. Garzón ya ha dicho que no se aferrará a sus siglas sino a las personas y a los proyectos. Conserva el nombre de territorio principal, la marca más grande, pero añádele una provincia para dar a entender que has incluido a los que se sienten diferentes. Puede ser Ahora Podemos. O Podemos en Común, porque solo no puedes pero con amigos, sí.
Javier Gallego es el director de Carne Cruda, el programa asociado a eldiario.es, que se emite los martes y jueves a las 12h en www.carnecruda.es. Este jueves despiden la primera temporada con un ESPECIAL VERANO con todos sus colaboradores.
Todos tenemos la razón, como decían irónicamente Accidents Polipoètics. La perdemos cuando perdemos las formas. Pero en los reproches de unos y otros hay parte de verdad. Es cierto que Ahora en Común trata de presionar a la dirección de Podemos, como motor principal del cambio, para que sea más generosa. Pero si ha nacido es porque Podemos ha dejado un cauce tan estrecho que es imposible confluir. Ha surgido porque el grupo de Pablo Iglesias ha tomado una deriva cada vez más inaccesible y antipática que ha desembocado en unas primarias que no satisfacen ni siquiera a buena parte del partido. Ahora en Común no nace como una conspiración judeomasónica de IU, aunque por supuesto le beneficia, pero no hay más que ver los cargos y simpatizantes de Podemos que hay detrás, para desechar el bulo. Nace porque Podemos ha dejado de ser el espacio para todos y la herramienta del cambio en solitario.
No hablo de las fallidas encuestas, hablo de las últimas elecciones que son las encuestas más fiables que tenemos y dan a Podemos un 15%, algunos sondeos incluso menos. Esta es la realidad, lo demás es ruido. Dejémonos de peleas a ver quién es más listo, quién la tiene más larga, quién lo ha hecho peor y quién tenía razón. Vale, sí, Podemos tuvo la mejor idea, la ejecutó y funcionó, Izquierda Unida estaba equivocada y quienes despreciaron a Podemos se la han tenido que envainar. Todo eso es cierto. Ya respondió Pablo Iglesias con acritud. Ya se cobró su justa venganza. Quien lo haya necesitado, se habrá desquitado. Pasemos página. Esto no es una guerra de comunistas contra podemitas sino de las mareas de cambio contra el bipartidismo. No estamos hablando de salvar a IU sino a un país. Estamos hablando de algo mucho más importante que requiere personalidad y no personalismo. No importa quién la tiene más grande sino cómo podemos ser más grandes. No se trata de confrontación sino de conciliación. Necesitamos menos rencor y más reconciliación.
Por eso pedía el cese de las hostilidades ante el que la derecha y sus medios se frotan las manos. Se frotan las manos por la pelea y porque creen y quieren hacer creer que la unidad popular es una alternativa contra Podemos que dividirá el voto. Cuando vean que no es una división sino una suma para multiplicar, se las frotarán pero angustiados. Hay que ser más listos que ellos, no hay que dejarse llevar por la primera impresión y la primera reacción de recelo. A algunos os pareció peor el remedio que la enfermedad pero a la larga puede ser determinante si se trabaja con humildad, solidaridad, generosidad y altura de miras. Estoy convencido de que son capaces de superar lo que les separa para coincidir en lo que les une. Ya que ha sucedido, hay que ver la ocasión como oportunidad, no como calamidad. Poco ha tardado en darse cuenta la dirección de Podemos que ya ha anunciado que trabajará hasta septiembre para buscar una confluencia con Ahora en Común. Si ya lo han entendido ellos, deberíamos empezar a remar todos en la misma dirección.
Lo han hecho cientos de personalidades de la cultura, lo han hecho 25.000 firmantes del manifiesto de Ahora en Común, entre los que me incluyo, sí, lo están pidiendo las Mareas Atlánticas en Galicia, partidos como IU, Equo, Cha, EUiA, convocatorias ciudadanas que ganaron en las municipales y ojalá se sumen voces influyentes como las de Manuela Carmena, Mónica Oltra y Ada Colau. Hay militantes de Podemos que repiten: la confluencia somos nosotros, quien quiera confluir que entre. También Cayo Lara dijo que la Syriza española era Izquierda Unida y ya veis dónde está. El cambio no es de nadie, es de todos. Hay que superarse a uno mismo para llegar al nosotros por el bien común. Hasta la ejecutiva de Podemos lo empieza a reconocer y ya ha dicho esta semana en boca de Nacho Álvarez: "Consideramos que Podemos y Pablo Iglesias en particular constituyen ahora mismo las herramientas fundamentales de cambio. No quiere decir que sean las únicas y que tenga que ser en solitario".
Partamos de ahí. Podemos-Iglesias como herramienta fundamental. Ha desequilibrado al contrario pero no le ha sobrepasado. Para desbordar, hay que sumar a los que no están dentro de Podemos ni quieren entrar. Hay formas de conseguirlo. Si quieres que todo el mundo pase por el aro, hazlo más grande. Pablo Iglesias ha dejado hueco en sus listas con ese objetivo pero no es suficiente porque ha puesto condiciones muy estrechas para entrar y por eso le han rechazado las otras fuerzas. No quieras que todo el mundo confluya hacia ti, confluye tú también. Busca mecanismos, consensos, acuerdos, unas segundas primarias más abiertas, para que las nacionalidades y el resto de confluyentes puedan ocupar un espacio importante. Abre Podemos, amplía tus fronteras para que abarquen a más gente. Garzón ya ha dicho que no se aferrará a sus siglas sino a las personas y a los proyectos. Conserva el nombre de territorio principal, la marca más grande, pero añádele una provincia para dar a entender que has incluido a los que se sienten diferentes. Puede ser Ahora Podemos. O Podemos en Común, porque solo no puedes pero con amigos, sí.
Javier Gallego es el director de Carne Cruda, el programa asociado a eldiario.es, que se emite los martes y jueves a las 12h en www.carnecruda.es. Este jueves despiden la primera temporada con un ESPECIAL VERANO con todos sus colaboradores.
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